¿Qué nos enseña la devoción a la Virgen de los Dolores? [VIDEO]

, 26 Mar. 21 (ACI Prensa).- El sacerdote José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, explicó qué nos enseña a los cristianos la devoción a Nuestra Señora de los Dolores, que se venera el viernes anterior al Domingo de Ramos.

En un video publicado en su canal de YouTube, el P. Aguilar preguntó: “¿Qué persona no ha sufrido desde que es pequeña?” y “¿cuántos dolores has tenido tú a lo largo de tu vida?”.

“Si tú pensabas que la Virgen María no iba a tener esto”, señaló, estás “equivocado”.

Santa María, continuó, “también tuvo sufrimientos y tuvo dolores”, pero la diferencia está en “cómo los enfrentó, cómo los vivió”.

“La Virgen María no vio los dolores como un ‘Dios me está abandonando’, ‘Dios me está castigando’, como un ‘Dios es malo conmigo’, como un ‘Dios es injusto conmigo’”.

“No, en absoluto”, dijo.

“¿Es que acaso solo sufre la gente mala? No, yo conozco a muchos que son muy buenos y también desde pequeños sufren”, indicó.

El P. Aguilar subrayó que “la gente se muere siendo buena o mala, se enferma siendo buena o mala, tiene un problema siendo buenos o malos”.

“Lo que nos enseña la festividad o la devoción de la Virgen de los Dolores es que ella también tuvo varios dolores”, precisó el sacerdote. También recordó que “la Iglesia curiosamente habla de 7 dolores de la Virgen María”.

El primer dolor es “la presentación en el templo, porque en ese momento el anciano Simeón le profetizó que una espada de dolor atravesaría su corazón”.

“En el caso de María esta profecía tenía que ver con el momento en que María iba a estar frente a la cruz e iba a ser testigo de que alguien llegaría y le atravesaría el costado a Cristo”, dijo.

Esto, señaló, se relaciona con que una “mamá cuando ve que el hijo está triste, está triste. La mamá cuando ve que el hijo está enfermo, se siente mal”.

El segundo dolor fue “la huida a Egipto”, explicó el sacerdote y aseguró que ninguna madre quisiera “llevar a su hijo por el desierto, en medio del calor, de las limitaciones, a una tierra distinta”.

Sobre el tercer dolor, cuando el Niño Jesús se perdió en el Templo, el P. Aguilar se preguntó: “¿Qué madre no tiene un dolor enorme cuando se le pierde su hijo corporal o espiritualmente? Porque a veces el hijo se pierde por andar en la droga, en el alcohol”.

El cuarto dolor es “el encuentro con Jesús en la calle de la amargura”, cuando “María trata de encontrarlo cuando va llevando la cruz”.

El sacerdote dijo que el quinto dolor es “la muerte de Jesús en la cruz”, mientras que el sexto es “cuando el cuerpo de Jesús es bajado de la cruz y es colocado en los brazos de su madre”.

“Me ha tocado que algunos familiares han muerto y cuando los ves ya sin vida frente a ti, cuando tienes que hacer la despedida ante un cuerpo inerte, esto es muy doloroso”, continuó.

“A este momento, que se le llama La Piedad en el arte”, nos lleva a ver a la Virgen y “venerarla y decir ‘María, ese niño que tuviste en tus brazos cuando era bebé también lo tuviste de adulto pero muerto’”.

“Finalmente el séptimo dolor es la sepultura de Cristo y la soledad de María”, indicó.

El P. Aguilar destacó que “en todos estos dolores (la Virgen) no renegó, se mantuvo firme y tomada de la mano de Dios para salir adelante”.

“Esta es la gran enseñanza de la advocación de Nuestra Señora de Los Dolores: decirte ¿tú estás sufriendo? Yo también sufrí. ¿Tú estás renegando? yo no renegué. ¿Tú estás haciendo que tu dolor se convierta en un dolor que ocasione el alejamiento a los demás, que ocasione un malestar hacia ti que te destruye? Yo no, yo también sentí malestares pero yo le di un sentido a este dolor”.

El sacerdote mexicano subrayó también que “María no buscaba el sufrimiento”, y “nos enseña que cuando se pueda remediar el dolor hay que remediarlo”.

“En este tiempo tendriamos que decir hay que remediar el dolor que ocasiona el narcotráfico, la delincuencia, el aborto, la falta de consciencia, las negligencias médicas, la injusticia, disccriminar a la gente”.

“Cuánto dolor ocasiona el hombre en lugar de poderlo solucionar”, lamentó.

El P. Aguilar recordó además que en los cuadros más antiguos a la Virgen Dolorosa se le representa como “una mujer importante, en actitud de recogimiento, rodeada de siete escenas que representan los siete dolores de su vida”.

A partir del siglo XVII continuó, “aparece solo con un puñal clavado en el pecho, haciendo alusión a la profecía del anciano Simeón”.

“Posteriormente, el puñal se multiplica y se representan siete, para hablar de los siete dolores”, dijo.

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