En una reciente reflexión por la Fiesta de la presentación del Señor celebrada el 2 de febrero, el Purpurado recordó en esa fecha el año pasado el Papa Francisco dio a conocer una carta a las familias en la que explicó la importancia del Sínodo y la necesidad de que todos recen por este evento.
“Esta Asamblea sinodal está dedicada de modo especial a ustedes, a su vocación y misión en la Iglesia y en la sociedad, a los problemas de los matrimonios, de la vida familiar, de la educación de los hijos, y a la tarea de las familias en la misión de la Iglesia. Por tanto, les pido que invoquen con insistencia al Espíritu Santo, para que ilumine a los Padres sinodales y los guíe en su grave responsabilidad”, escribía el Santo Padre.
El Cardenal Dolan explicó que la elección de la fecha para dar a conocer su carta a las familias era deliberada: “el Papa Francisco quería conmemorar con su carta el 20 aniversario de otra Carta a las Familias, que San Juan Pablo II escribió el 2 de febrero de 1994”.
El Purpurado recordó que Juan Pablo II, como dijo el Papa Francisco, quería ser recordado como el “Papa de la familia”. Por ello, precisó, “la guía de San Juan Pablo II es indispensable, como ha indicado el Papa Francisco. Espero que la enseñanza del Papa Juan Pablo II sea central en el sínodo de octubre”.
“San Juan Pablo II nos enseñó mejor que nadie en nuestro tiempo que la doctrina y la práctica pastoral están vinculadas inseparablemente y que el propósito de la práctica pastoral es presentar fielmente la verdad del Evangelio precisamente como la buena nueva para las familias de hoy”, afirmó el Arzobispo de Nueva York.
“El magisterio de la familia de San Juan Pablo, que se refiere a muchos asuntos complicados, es por lo tanto una guía indispensable para el trabajo del Sínodo”, preció el Cardenal Dolan.
El Arzobispo se dirigió luego a los católicos que se han visto turbados por algunas noticias sobre el Sínodo de la Familia del año pasado y les recomendó que “recen fervientemente a Juan Pablo, al Santo Papa de la familia, para que guíe a la Iglesia desde el cielo. No es posible imaginar que el Sínodo no profundice en su enseñanza”.
En su Carta a las Familias, Juan Pablo II escribió: “a través de la familia discurre la historia del hombre, la historia de la salvación de la humanidad (…) La familia se encuentra en el centro de la gran lucha entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre el amor y cuanto se opone al amor. A la familia está confiado el cometido de luchar ante todo para liberar las fuerzas del bien, cuya fuente se encuentra en Cristo, redentor del hombre”.
El Cardenal concluye su reflexión afirmando que “la preparación para el Sínodo requiere oración de toda la Iglesia, para que los pastores sean guiados por el Espíritu de Dios y no por el espíritu mundano del que el Santo Padre (Francisco) nos alerta con frecuencia”.
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