Hoy he escuchado un poco de la banda sonora de un film mítico del final de mi infancia: Oliver (1968). Lo echaron durante las vacaciones de Navidad, lo grabé en vídeo, nuestro primer vídeo (un Beta), y vi la película infinidad de veces.
Lo curioso es que recordaba la película sin letra. En esa época no entendía nada de inglés. Ahora escucho las canciones y, sorprendentemente, ya no es sólo música.
Los nacidos en mi época podéis daros un buen baño de nostalgia gracias a Youtube, donde esta película vive como si se tratara de un Sábado Cine sin fin:
Qué bonito es ser niño: Cuando la película tenía momentos tristes, yo me ponía triste. Cuando tenía momentos alegres, yo me ponía alegre.
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