Para los que hayáis leído el larguísimo artículo de ayer, comprenderéis que considero sumamente acertado que un Papa emérito siga vistiendo exactamente igual que cuando era Papa reinante, que conserve el mismo nombre, el tratamiento de Su Santidad.
Soy de la opinión de que lo más conveniente es que siga llevando el Anillo del Pescador, por las razones que aduje ayer en el artículo. También considero que debería haber un Anillo del Pescador institucional que se le impusiese en la Capilla Sixtina nada más ser elegido. Aunque después se hiciese otro anillo personal a medida y con el diseño que desee, además de su nombre como Sumo Pontífice. El anillo institucional sólo lo debería llevar el pontífice reinante.
Otra cosa que, en mi opinión, no debería llevar un Papa emérito es la tiara, en el caso de que ésta retornara. Tampoco llevaría el palio, porque no lo portan los arzobispos eméritos.
Puestos a descender al detalle (este blog es muy dado a ello) en ese vestir igual a cuando era Papa, se incluiría el mantello rojo. Pero considero que sería mejor reservar la estola pastoral y la muceta roja de armiño para el Papa reinante.
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