Testigos alegres del Evangelio: de Chiapas a la misión

Testigos alegres del Evangelio: de Chiapas a la misión

ESPECIAL | XV CONAMI | CRÓNICA |

Por Gilberto HERNÁNDEZ GARCÍA |

Desde muy temprano, el jueves 27 de octubre, empezaron a arribar cientos de agentes de pastoral misionera a las inmediaciones del Poliforum de Tuxtla Gutiérrez. Faltaban algunas horas para la inauguración del XV Congreso Nacional Misionero (CONAMI) y aquello era ya una fiesta. Desde ese momento imperó un clima de alegre fraternidad que ya no abandonó el encuentro.

Los más tres mil quinientos participantes, llegados de 38 diócesis de la República Mexicana, vivieron el momento inaugural con mucha emoción, al ritmo del himno, compuesto para la ocasión por Marco López. El ambiente festivo se alcanzó su esplendor con el desfile de banderas y la introducción de la Cruz misionera que estuvo presidiendo el encuentro, junto con la Sagrada Escritura.

Contemplar al enviado del Padre

En la homilía de la Misa de apertura, Monseñor Fabio Martínez señaló que en el CONAMI  “somos invitados a contemplar a un Señor Jesús decidido en su ser y quehacer como Enviado del Padre, que ninguna adversidad y hostilidad lo apartaría del cumplimiento de su misión”.

Monseñor Fabio dijo que “todo aquel que es tocado y liberado por Jesús, debe ser su discípulo y seguirlo por el camino de la vida, ser su compañero de misión”. Y reconoció que los participantes en este CONAMI están en este encuentro luego de haberse encontrado con Jesús: “los que hemos sido curados y los que con alegría queremos acompañar a Jesús que quiere llegar a todos los hombres de todos los pueblos”.

El Arzobispo de Tuxtla subrayó que uno de los propósito de este encuentro misionero es renovar la fe y el entusiasmo misionero “porque la fe se fortalece cuando se comparte”. Y añadió: “Queremos dejar las playas de nuestra indiferencia y comodidad para navegar mar adentro siendo una Iglesia en Salida al Encuentro del hermano desprotegido y necesitado de la ternura y la misericordia del Padre”.

Mirar y escuchar con el corazón

El segundo día de actividades tuvo como eje de reflexión los temas motivadores del padre Salvador Valadez Fuentes –del presbiterio de Tuxtla y Misionero de Misericordia por designación del Papa Francisco–, y la charla de Monseñor Enrique Díaz Díaz, obispo coadjutor de San Cristóbal de Las Casas.

El padre Valadez hizo una fuerte invitación a “mirar y a escuchar con el corazón nuestra humanidad sufriente y esta Creación herida, no para lamer nuestras llagas, como los perritos, sino ‘para reconocernos mendigos’ ante el Dios misericordioso; y llenarnos de compasión ante el sufrimiento de nuestro mundo que es el campo misión a donde los discípulos de Jesucristo somos enviados a llevar la buena nueva de la misericordia, corazón palpitante del evangelio”.

El misionero de la misericordia recordó que a muchas personas no les interesa oír hablar de Dios, en cambio necesitan “sentir a Dios”, experimentarlo en sus vidas. “A veces puede suceder que en nuestra Iglesia no reflejamos a ese Dios misericordioso; tenemos ideas, dogmas, reglas pero no siempre hacemos visible, presente a ese Dios amoroso. Ese es el reto”.

Por su parte, Monseñor Enrique Díaz, inició preguntando: ¿cuál es la imagen que tienes tú de Dios? Y a partir de ella habló del “rostro misericordioso de Dios” que es Jesús. Señaló que el Papa ha causado una revolución muy interesante al insistir en poner al centro de la vida de la Iglesia la misericordia de Dios. “Aunque sabíamos que Dios es misericordioso y lo habíamos dicho, parece que no lo habíamos tomado tan en serio”. No un Dios cercano ni un Dios amor, sino el del castigo. Y desde las Sagradas Escrituras fue delineando ese rostro misericordioso del Padre que Jesús hizo presente y anunció.

Luego de estas motivaciones los congresistas participaron en ocho foros temáticos: “los laicos y su compromiso misionero”, “la familia misionera y misericordiosa”, “los jóvenes”, “la mujeres”, “los indígenas”, “los pobres (periferias existenciales)”, “los migrantes”, “el uso de las redes sociales en la misión de la Iglesia”. Por la noche los congresistas se dirigieron a las parroquias donde se les hospedó para celebrar la Eucaristía y compartir con los feligreses en una verbena popular.

El discípulo-misionero no puede callar lo que ha visto y oído

La tercera jornada del CONAMI fue iluminada por Monseñor Victorino Girardi Stelin y el padre César Augusto Ruíz Coutiño. Monseñor Girardi tomó como referencia bíblica para la reflexión tomamos, un pasaje de los Hechos de los Apóstoles, donde Lucas describe la comida de despidida de Jesús. Ahí, el Maestro anuncia la venida del Espíritu Santo, y hace comprender la íntima e imprescindible conexión entre Espíritu Santo y Misión.

El obispo enfatizó que “conquistado por el amor misericordioso del Padre, el discípulo – misionero no puede callar lo que ha visto y oído. ¡El amor de Cristo le apremia y le basta para lanzarse a la labor más comprometida y audaz!  Su vida consagrada y “marcadas por el Espíritu” da testimonio de lo que va proclamando con sus palabras. Él “vengan y vean” debe siempre preceder su palabra.

En tanto, el padre César A. Ruíz, recordó que el Papa Francisco nos propone para toda la Iglesia y todas sus estructuras y comunidades un paradigma pastoral: una profunda renovación pastoral y eclesial, que nos lleve a “ser una Iglesia de puertas abiertas y en salida misionera”. Y explicó que “puertas abiertas” implica que “tenemos que ser como el buen samaritano, que se hace prójimo del hermano que sufre y se hace cargo de él, de manera pronta y desinteresada más allá incluso de sus creencias religiosas; en salida, porque debemos empezar una nueva etapa evangelizadora en la vida eclesial”.

Luego de participar en los foros, los congresistas participaron en el Rosario misionero por la paz y la misericordia, coordinados por la Dimensión de Adolescentes y Jóvenes de la Arquidiócesis de Tuxtla.

…El momento del adiós

El domingo muy temprano los congresistas se reunieron en el Parque Bicentenario de la capital chiapaneca para dar inicio a la peregrinación misionera con rumbo a la catedral de Tuxtla. La alegría característica de los misioneros y misioneras inundó la Avenida Central; entre cánticos y porras avanzaron al sagrado recinto donde atentos participaron en la Sagrada Eucaristía y fueron exhortados por Don Fabio Martínez, Arzobispo a no cejar en el empeño de ser “Testigos alegres del Evangelio, anunciando la misericordia del Padre”.

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