En una carta remitida a la Directora Nacional del Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), Cristina Plazas Michelsen, el Cardenal Salazar, citando al Papa Francisco, señaló que la Iglesia “llora con amargura el pecado de sus hijos y pide perdón”.
El Arzobispo de Bogotá elogió también el trabajo realizado por Plazas Michelsen para “velar por todos los menores de nuestra nación”.
El Cardenal indicó también que la Iglesia busca “asumir clara y lealmente la consigna ‘cero tolerancia’ ante cualquier caso que sea denunciado ante nuestros delegados de protección de menores y a tomar todas las medidas para que los responsables sean castigados tanto canónica como civilmente”.
“Si se comprueba el abuso, un sacerdote jamás podrá volver a ejercer su ministerio”, dijo.
El Primado de Colombia subrayó además que la Iglesia está comprometida “en renovar todo empeño para que estas atrocidades no vuelvan a suceder entre nosotros”.
En la Arquidiócesis de Bogotá, como en otras circunscripciones eclesiásticas de Colombia, los Obispos han establecido oficinas de protección de menores.
Estas oficinas desarrollan programas de prevención y proyectos para seminarios, sacerdotes, consagrados, catequistas y docentes de instituciones religiosas.
“Todos los que realizan un trabajo con menores de edad reciben la debida capacitación y se comprometen, por medio de un manual de conducta, a que nuestra labor evangelizadora sea desarrollada con los debidos límites profesionales en las relaciones interpersonales y el atento cuidado a la dignidad de nuestros menores”, dijo el Cardenal.
El Arzobispo de Bogotá aseguró además que la Iglesia dedica “una atención especial” a las víctimas de abuso sexual y a sus familias.
Recordando las palabras que les dirigió el Papa Francisco a los obispos de todo el mundo, el Cardenal Salazar señaló que los abusos sexuales “nos avergüenzan, sí, porque fueron realizados por personas que tenían a su cargo el cuidado de estos pequeños y han destrozado su dignidad”.
“Por eso, reconocemos que somos responsables ante sus padres de brindar todas las condiciones posibles para que nuestras instituciones sean un ‘hogar seguro para sus hijos y nietos’”.
“Como Pastor de la Iglesia -indicó- he podido acompañar a víctimas de este flagelo, he escuchado a sus familiares, a los que también les afecta profundamente la situación de sus hijos, y por ende también son víctimas, y además he podido visitar las comunidades parroquiales las cuales son víctimas secundarias de estas dolorosas y penosas situaciones”.
El Arzobispo de Bogotá reiteró el compromiso de la Iglesia “en los procesos de selección en nuestros seminarios, en los protocolos de protección, en los debidos procesos canónicos y jurídicos de los abusadores de menores”.
Quienes cometen abusos, señaló, “deben responsabilizarse de sus acciones ante la justicia, y en el compromiso, junto con toda la sociedad colombiana, para que sea erradicado este flagelo”.
Finalmente, el Cardenal Salazar expresó a la Directora Nacional del ICBF que “puede seguir contando con un ingente número de sacerdotes, religiosos, religiosas, catequistas y docentes que en tantas partes de nuestra nación están sirviendo a las niñas, niños y adolescentes con tanto esmero y cariño en nuestras instituciones católicas, porque están conscientes de que nuestros menores son el futuro de nuestra sociedad colombiana”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 17 de febrero de 2017
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