De esta forma, el Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Mons. Jorge Lozano, presidió la Misa en la catedral de San Juan de Cuyo para agradecer a Dios por el trabajo y rezar por quienes “sufren a causa de no tener un empleo digno para ganar el sustento cotidiano”.
Mons. Lozano explicó que el Papa Francisco ha dicho que “la distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral”.
“Lamentablemente hoy, ni siquiera los trabajadores debidamente registrados tienen un ingreso adecuado y unos cuantos siguen debajo de la línea de pobreza”, alertó. “Es imperioso cuidar los puestos de trabajo y generar otros nuevos. Para lo cual se hace necesario un cambio de mentalidad tendiente a buscar otros modos de entender la economía y el progreso”.
En tanto, el Obispo de San Francisco Mons. Sergio Buenanueva, aseguró que uno de los desafíos “más grandes del mundo” y de la realidad Argentina es “recrear la cultura del trabajo”. Como primer paso se debe “introducir a las nuevas generaciones” para que “hagan la experiencia de que el trabajo humaniza, que el trabajo da una satisfacción que no se consigue por otros caminos”.
“Un trabajo que tiene que hacerse, especialmente los grandes trabajos, los que más humanizan, los de más largo alcance, deben hacerse con humildad, con paciencia, con perseverancia. Todo esto se puede decir con una sola palabra, que es muy hermosa, laboriosidad. Aprender la virtud de la laboriosidad, pero también el trabajo mancomunado”, agregó.
En la Misa celebrada en el Santuario Santos Latinoamericanos, el Obispo de Lomas de Zamora, Mons. Jorge Lugones, pidió para que se abran “fuentes de trabajo, ya que el trabajo es un derecho y un deber. Pero, fundamentalmente nos dignifica como personas, porque Dios es quien crea la ley del trabajo”.
“El trabajo que crea Dios es para dignificar a la persona, para poder formar y mantener una familia, y si no hay trabajo o un trabajo digno, empiezan más sufrimientos de lo que el mundo mismo y la naturaleza misma ya tienen”, aseguró.
"Hoy no vemos una igualdad sino una desigualdad muy grande, que se llama inequidad" por lo que Mons. Lugones pidió “la gracia del trabajo digno” y para que todos “nos responsabilicemos de lo que necesitan los demás. Cada uno puede aportar algo al bien común, que es una tarea de todos. El gobierno es parte del Estado, pero todos somos el Estado”.
“Entonces recemos para que se abran fuentes de trabajo, pero que nos impliquemos en trabajar por los demás, especialmente, por los que menos tienen”, agregó Mons. Lugones.
También, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Córdoba valoró a través de un mensaje "todas las iniciativas que impulsen el mantenimiento y la creación de fuentes laborales” así como la “recuperación y profundización de la cultura del trabajo".
"La escasez o falta de trabajo ocasiona que el mismo sea tratado como una mercancía, que puede comprarse y venderse libremente en el mercado y cuyo precio es regulado por la ley de la oferta y de la demanda, sin tener en cuenta el mínimo vital necesario para el sustento de la persona y de su familia", describió el texto.
"El trabajador ni siquiera tiene la seguridad de llegar a vender 'su propia fuerza de trabajo', al estar continuamente amenazado por el desempleo", agregó.
"Solo mediante la participación responsable de todos en esa búsqueda y el compromiso de los que tienen responsabilidad de tomar estas decisiones, podremos garantizar la continuidad de los puestos de trabajos existentes y lograr ampliarlos de manera constante", manifestó.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 1 de mayo de 2017
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