Así lo expresó el Arzobispo de Sao Paulo, Cardenal Odilo Pedro Scherer, en un reciente artículo titulado "Familia: puedes contar siempre con la Iglesia", publicado en el sitio web de la Arquidiócesis.
Según el Purpurado, "la Iglesia sigue hablando de la familia, ‘conforme al plan de Dios’, a pesar de todos los discursos divergentes e incluso contrarios a su enseñanza sobre el matrimonio y la familia".
Para ello, señaló, "la Iglesia parte de sus convicciones de fe, a partir de la revelación divina". Así, recordó que Dios creó al hombre y a la mujer, "los bendijo, mandando que se unieran y tuvieran hijos y formasen familia", lo que es confirmado por Jesús que dice que "no separe el hombre lo que Dios ha unido".
En ese sentido, cuestionó, "¿quién podría, pues, ponerse contra el designio de Dios respecto a la familia, sin desencadenar serias consecuencias para la familia y lo que ella representa para la humanidad?".
El Cardenal Scherer resaltó que "matrimonio y familia no son mera creación de la sociedad". En ese sentido, señaló que aunque "los rituales de celebración del matrimonio, las leyes sobre el matrimonio y el papel social de la familia" puedan variar, eso no cambia la esencia y las finalidades del matrimonio y de la familia.
"Según su naturaleza propia, el matrimonio existe entre hombre y mujer, con compromisos recíprocos de amor y fidelidad y con las finalidades de la procreación, de la satisfacción y del apoyo recíproco de los cónyuges", indicó.
En ese sentido, al explicar que "matrimonio y familia son anteriores al Estado y sus leyes", reforzó que "éste tiene el deber de amparar y proteger a ambas instituciones".
Si no protege al matrimonio y la familia, advirtió, el Estado "compromete sus propias bases" y lleva a la aparición de "problemas para las personas, para la sociedad y para sí mismo".
Por ejemplo, citó que la "liberalización del divorcio, la equiparación de las uniones libres a la unión asumida por el vínculo matrimonial y la familia, son factores de debilitamiento de la familia y de destrucción social, estando en el origen de numerosos y dolorosos dramas personales y sociales".
Es en este sentido que la Iglesia no considera "el matrimonio una institución fallida y superada", ni comparte "el pensamiento de quien considera a la familia un barco a la deriva, que ya no tiene más salvación y, por eso, debe abandonarse al naufragio", expresó.
El Arzobispo reconoció que es "innegable" que "la familia y el matrimonio, actualmente, son golpeados por una fuerte crisis, que lleva al fracaso innumerables bodas", de donde resultan "familias heridas por compromisos no mantenidos, humillaciones, abandono y hasta violencias".
Traducido por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en ACI Digital.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 1 de junio de 2017
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