Miriam Bretón Mora
La familia como el principal núcleo social se vuelve el termómetro de muchos indicadores que hablan de cómo está la salud social de un país. Cuando hablamos de que hay una sociedad en descomposición los principales comentarios que surgen del por qué estamos así son: familias disfuncionales, carentes de valores y autoridad moral.
Muchos de los problemas que sufren las familias es por la falta del compromiso de los padres para poner orden, fomentar la comunicación, el respeto y generar aprendizajes significativos; por lo que quiero recomendarte algunas acciones que pueden apoyar a que los valores en la familia se pongan en acción:
a) Los padres de familia son el EJEMPLO. Las palabras se las lleva el viento, el ejemplo es contundente. Cuando pidas a tus hijos hacer algo que es bueno para ellos, piensa si tú eres ejemplo de eso que estás pidiendo y si no es así, ¿Qué necesitas para serlo?
b) Controla tus EMOCIONES. El que se enoja pierde… tu mente puede traicionarte cuando estás enojado, siempre decide qué hacer cuando estés calmado.
c) Omite de tu vocabulario la palabra CASTIGO porque significa aprender con base en el dolor; lo que existen son CONSECUENCIAS y el reto de los padres es pensar en cuál es la consecuencia directa a un comportamiento inapropiado. Por ejemplo: Si en una reunión el hijo se porta mal, el padre de manera inmediata piensa en quitarle algo que le duela, pero ¿qué relación existe entre quitarle eso y su comportamiento?; Una consecuencia directa puede ser que el hijo no podrá ir a otra reunión hasta que demuestre que se puede comportar, aunque eso signifique que los papás tendrán que faltar… no es fácil pero un sacrificio hoy puede hacer la diferencia mañana.
d) Las cosas se ganan: No es suficiente que sea tu hijo para darle todo lo que quiera. Antes de comprárselo te sugiero reflexiones lo siguiente: ¿Lo que me pide lo necesita, le va a ayudar, está de acuerdo con su edad, con su entorno social y económico, no va a sacrificar algo significativo para la familia, el hijo ha trabajado o ha expresado cierta madurez para poder tenerlo? Después de contestarte estas preguntas seguramente sabrás si se lo debes dar.
No hay recetas infalibles en estas recomendaciones, sin embargo, los hijos piden a gritos controles, límites y tu ejemplo. Si quieres que ellos formen una buena familia cuando sean grandes, tú eres su mejor ayuda, nadie mejor que tú les podrá enseñar cómo hacerlo. Dios no nos deja solos en esta gran labor…que tus hijos vean en ti el ejemplo del amor y sabiduría que Dios nos da.
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