“Hay trabajos que humillan la dignidad de las personas, que nutren las guerras con la construcción de armas, que venden el valor del cuerpo con el tráfico de personas para la prostitución y que explotan a menores”, denunció.
En su opinión, “el trabajo ‘en negro’ también ofende la dignidad de los trabajadores, al igual que los trabajos que discriminan a la mujer y eso sin hablar de los trabajadores que padecen una discapacidad”.
“También el trabajo precario es una herida abierta para muchos trabajadores que viven en el temor de perder su ocupación. He escuchado tantas veces el testimonio de esta angustia: la angustia de poder perder el trabajo, la angustia de esa persona que tiene un trabajo de septiembre a junio y no sabe si lo tendrá el próximo septiembre. Precariedad total. Esto es inmoral”.
“Esto mata: mata la dignidad, mata la salud, mata la familia, mata la sociedad. El trabajo en negro y el trabajo precario matan. También está la preocupación por los trabajos peligrosos e insanos que cada año causan en Italia cientos de muertos y discapacitados”, añadió.
Por otro lado, aseguró que “la dignidad del trabajo es la condición para crear un trabajo bueno. Es necesario defenderla y promoverla”.
“También dirijo mi pensamiento a los parados que buscan empleo y que no lo encuentran; a los desalentados que no tienen más fuerzas para buscarlos y a aquellos que trabajan solo algunas horas al mes sin conseguir superar la franja de pobreza. A ellos les digo: no pierdan la confianza. La Iglesia trabaja por una economía al servicio de la persona que reduzca la desigualdad y tiene como fin el trabajo para todos”.
El Papa también los invitó a servir a los más necesitados y que nada “se anteponga al bien de la persona”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 26 de octubre de 2017
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