En el Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará a nivel diocesano el próximo 23 de marzo, Domingo de Ramos, el Pontífice también habla de que para los cristianos “el miedo nunca debe tener la última palabra.
La próxima JMJ internacional tendrá lugar, sin embargo, en enero de 2019 en Panamá, y el mismo Pontífice asegura que este Mensaje es también “un paso más en el proceso de preparación de la Jornada internacional”.
El texto está dividido en 3 puntos: “No temas”, “María”, “Has encontrado gracia ante Dios” y “Valentía ante el presente”, desglosando así el lema de esta Jornada “No temas María, porque has encontrado gracia ante Dios”.
Recordando el Evangelio de la Anunciación, Francisco asegura que Dios “conoce bien los desafíos que tenemos que afrontar en la vida, especialmente cuando nos encontramos ante las decisiones fundamentales de las que depende lo que seremos y lo que haremos en este mundo”.
“Y vosotros jóvenes, ¿qué miedos tenéis?, ¿qué es lo que más os preocupa en el fondo?”, pregunta el Papa.
Él mismo reconoce que en los jóvenes “existe un miedo de ‘fondo’ que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que sois”. “Hoy en día, muchos jóvenes se sienten obligados a mostrarse distintos de lo que son en realidad, para intentar adecuarse a estándares a menudo artificiales e inalcanzables”.
Como ya hiciera durante su reciente visita apostólica a Perú en el mes de enero, afirmó que estos jóvenes “hacen continuos ‘retoques fotográficos’ de su imagen, escondiéndose detrás de máscaras y falsas identidades, hasta casi convertirse ellos mismos en un ‘fake’”.
Al mismo tiempo, “muchos están obsesionados con recibir el mayor número posible de ‘me gusta’. Y este sentido de inadecuación produce muchos temores e incertidumbres”.
“Otros tienen miedo a no ser capaces de encontrar una seguridad afectiva y quedarse solos! o “frente a la precariedad del trabajo, muchos tienen miedo a no poder alcanzar una situación profesional satisfactoria, a no ver cumplidos sus sueños”.
El Papa hace mención también a la cuestión vocacional y admite que estos temores se dan también en “aquellos que han abrazado el don de la fe y buscan seriamente su vocación tampoco están exentos de temores”. “Algunos piensan: quizás Dios me pide o me pedirá demasiado; quizás, yendo por el camino que me ha señalado, no seré realmente feliz, o no estaré a la altura de lo que me pide. Otros se preguntan: si sigo el camino que Dios me indica, ¿quién me garantiza que podré llegar hasta el final? ¿Me desanimaré? ¿Perderé el entusiasmo? ¿Seré capaz de perseverar toda mi vida?”.
Ante estas dudas, el Obispo de Roma recomienda acudir al “discernimiento” porque “nos permite poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de una manera justa y prudente”.
“En este proceso, lo primero que hay que hacer para superar los miedos es identificarlos con claridad, para no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia.”
El Papa invita entonces a “mirar dentro de vosotros” y “dar un nombre a vuestros miedos”. “Preguntaos: hoy, en mi situación concreta, ¿qué es lo que me angustia?, ¿qué es lo que más temo? ¿Qué es lo que me bloquea y me impide avanzar? ¿Por qué no tengo el valor para tomar las decisiones importantes que debo tomar? No tengáis miedo de mirar con sinceridad vuestros miedos, reconocerlos con realismo y afrontarlos”, afirma.
Además, subraya que “para los cristianos, en concreto, el miedo nunca debe tener la última palabra, sino que nos da la ocasión para realizar un acto de fe en Dios… y también en la vida”.
“Si por el contrario alimentamos el temor, tenderemos a encerrarnos en nosotros mismos, a levantar una barricada para defendernos de todo y de todos, quedando paralizados”, denuncia.
Incluso el Papa escribe que en la Biblia se puede encontrar 365 veces “la expresión ‘no temas’, con todas sus variaciones” y es “como si quisiera decir que todos los días del año el Señor nos quiere libres del temor”.
“El discernimiento se vuelve indispensable cuando se trata de encontrar la propia vocación. La mayoría de las veces no está clara o totalmente evidente, pero se comprende poco a poco. El discernimiento, en este caso, no pretende ser un esfuerzo individual de introspección, con el objetivo de aprender más acerca de nuestros mecanismos internos para fortalecernos y lograr un cierto equilibrio”, añade.
También señala que la vocación “es una llamada que viene de arriba y el discernimiento consiste sobre todo en abrirse al Otro que llama. Se necesita entonces el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia”.
No obstante, el Santo Padre hace mención a la importancia de “hablar y dialogar con otros, hermanos y hermanas nuestros en la fe, que tienen más experiencia y nos ayudan a ver mejor y a escoger entre las diversas opciones”.
“Nunca perdáis el gusto de disfrutar del encuentro, de la amistad, el gusto de soñar juntos, de caminar con los demás” ya que “los cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás, compartir su espacio vital transformándolo en espacio de fraternidad”, manifiesta Francisco.
En definitiva, hace un llamado a que los jóvenes no dejen “que el resplandor de la juventud se apague en la oscuridad de una habitación cerrada en la que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y el Smartphone”.
“Abrid las puertas de vuestra vida. Que vuestro ambiente y vuestro tiempo estén ocupados por personas concretas, relaciones profundas, con las que podáis compartir experiencias auténticas y reales en vuestra vida cotidiana”.
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TEXTO: Mensaje del Papa Francisco por la 33º Jornada Mundial de la Juventud https://t.co/P40FcLXEho
— ACI Prensa (@aciprensa) 22 de febrero de 2018
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