El Pontífice, que está dedicando la tarde de este domingo 25 de febrero a visitar a esta comunidad parroquial del barrio de Ponte Mammolo, quiso dar las gracias a los ancianos y enfermos de la parroquia “por lo que hacéis por el mundo y por la Iglesia. Quizás os preguntéis: ¿Qué hago yo por el mundo? ¿Qué hago yo por la Iglesia?”.
Francisco explicó que el testimonio de fe y de vida que ofrecen las personas mayores es un poderoso instrumento para ayudar al mundo y a la Iglesia: “Vuestro testimonio, cada uno con su fe, con el bien que podéis hacer a la gente, con vuestros buenos deseos…, es así como se conserva el fuego”.
“Vosotros sois las brasas del mundo que arden sobre las cenizas, sobre las dificultades, sobre las guerras. Brasas de fe, brasas de esperanza, brasas de alegría. Por favor, conservad las brasas con vuestro testimonio”.
Además, les invitó a ser “conscientes de que cada uno tiene una misión: llevar adelante ese fuego, el fuego de la vida. Porque vuestra vida no es inútil, vuestra vida es el fuego. No os olvidéis: vosotros sois las brasas de la Iglesia, las brasas del mundo para llevar adelante el fuego”.
Asimismo, les exhortó a hablar con los jóvenes: “Por favor, hablad con los jóvenes. Sed pacientes con ellos, porque no es fácil hablar con los jóvenes. Sin embargo, os necesitan. Tienen necesidad de vuestra experiencia, de ese fuego del que sois portadores”.
Antes de despedirse de ellos, les insistió: “No olvidéis estas tres cosas: vosotros sois brasas, hablad con los jóvenes y no os olvidéis de rezar por el Papa”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 25 de febrero de 2018
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