De acuerdo el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el libro “contiene graves errores doctrinales”, como la idea de la transmisión intergeneracional de pecados, encontrados por el Director de la Comisión para la Doctrina de la Fe del Arzobispado de México, P. Rogelio Alcántara.
El libro fue publicado en 2017 por la Biblioteca de Autores Cristianos, con sede en Madrid, y cuenta con el imprimatur, el permiso para su impresión, del Obispo de Ciudad Obregón, México, Mons. Felipe Padilla Cardona.
El P. Alcántara explicó al SIAME que “es muy frecuente que a esta Comisión lleguen este tipo de peticiones por parte de obispos, para el análisis de materiales de lectura de carácter religioso”.
“En este caso, cabe señalar que el libro contaba con imprimatur –aprobación oficial de la Iglesia respecto a una obra–, mismo que se le otorgó sin haberse llevado a cabo una debida revisión”.
El sacerdote explicó que fue el Cardenal Norberto Rivera, cuando ocupaba el cargo de Arzobispo Primado de México, el que solicitó el análisis del libro.
“El Derecho Canónico impide publicar libros y oraciones para uso público o privado sin licencia del Ordinario local, que en este caso era el Cardenal Rivera, toda vez que el P. Sánchez Acosta brinda sus servicios en la Arquidiócesis Primada de México”, indicó.
El P. Alcántara precisó que ni el Cardenal Rivera ni el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, dieron el imprimatur a la publicación.
“Ahora bien, para fray Pedro Sánchez Acosta aplica un tercer Canon, pues los miembros de institutos religiosos necesitan además la licencia de su Superior Mayor; pero tampoco este documento aparece en el libro”.
“Además, la ‘licencia’ que presenta la obra fue concedida en 2015, dos años antes de haber sido publicada, lo que hace suponer que en la Diócesis de Obregón no se hizo una adecuada revisión de su contenido”, indicó.
El sacerdote de la Arquidiócesis de México advirtió además que “tanto en el tema de los exorcismos como en muchos otros es peligroso construir un edificio doctrinal sin los fundamentos sólidos de la auténtica fe, y más cuando se desea difundir una enseñanza tan importante a través de un libro”.
El P. Alcántara lamentó que exista una especie de fiebre por revelaciones privadas en la actualidad, y explicó que “nadie puede tener la certeza de que recibió un mensaje sobrenatural si la Iglesia, que es Madre y Maestra, no afirma, a través de sus órganos competentes, que aquello es algo sobrenatural”.
“De lo contrario, las personas pueden engañarse a sí mismas, y hacer creer a otras algo que no es. Además, los fieles deben saber que ninguna revelación privada, incluso si es auténtica, puede aportar algo nuevo a la Revelación pública que Jesucristo nos ha dejado para nuestra salvación, así como tampoco se puede equiparar con la enseñanza del Magisterio de la Iglesia”.
Los “pecados ancestrales”
Uno de los puntos críticos de este libro sobre exorcismos es la idea de que los pecados se pueden transmitir a la descendencia.
“Se refieren a un proceso ancestral que consistiría en que la pena debida resultaría en algún tipo de sufrimiento para los hijos hasta la satisfacción de la misma; o bien, que los pecados actuales pueden pasar a los ancestros. Sin embargo, es muy fácil demostrar la falsedad de estos preceptos”, dijo el P. Alcántara.
“Es decir, según el supuesto que manejan, para que alguien ‘sanara’ bien su árbol genealógico, tendría que realizar una investigación de cada uno de sus antepasados hasta llegar a la primera pareja humana; de lo contrario, no estaría ‘liberado’ del ‘daño ancestral’”.
El sacerdote indicó que los propios autores del controversial libro “se dan cuenta de esta inconsistencia, y argumentan que normalmente se toman en consideración cinco generaciones atrás”.
“Yo pregunto ¿por qué sólo cinco?, ¿es que los ‘pecados ancestrales’ pierden fuerza con el tiempo? Además, si cometemos ‘cien pecados veniales al día’ –como aseguran los autores–, ¿cómo pedir perdón por cada uno de los cometidos por nuestros ancestros, incluso si los limitáramos hasta la quinta generación?”.
El sacerdote precisó además que “en ningún momento en la historia de la teología, ni en los Santos Padres, ni en los teólogos que vinieron después, se ha hablado de la transmisión de los pecados personales de Adán –además del pecado original– a sus hijos, a los hijos de sus hijos, y así sucesivamente”.
El libro también se refiere a las devociones como una herramienta para alejar el dolor de la vida. Para el P. Alcántara, “quitar o reducir algún dolor no es algo intrínsecamente malo, pero un mensaje cristiano sin Cruz es ‘escandalizarse de Cristo’, y eso es contrario al núcleo de la fe”.
“Cualquier verdadera devoción nos debe llevar a la aceptación sencilla y humilde de la voluntad de Dios por encima de la nuestra, en el vínculo de perfección que es la caridad”, indicó.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 7 de febrero de 2018
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