El pasado 14 de febrero, Miércoles de Ceniza en el calendario católico romano, se celebraba en una aula de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla el rito de la imposición de la ceniza al que desde hace cuatro años se suma más de un centenar de personas entre alumnos, profesores y personal no docente.
En los últimos años este acto había estado rodeado de una cierta tensión por la presencia de personas de ideología laicista radical que intimidaban a los asistentes, pero sin mayores consecuencias, tal y como han explicado a Actuall personas cercanas al caso. Sin embargo,
este año han pasado a la acción. Al menos una quincena de individuos habría interrumpido la celebración del rito entrando en el aula con ánimo provocador y con los móviles en ristre a la caza de una reacción de los presentes, que en ningún caso se logró. Según las informaciones recabadas por Actuall, pese a que la Asociación Juvenil Celestino Mutis lleva funcionando desde hace años, no fue admitida en el registro hasta el pasado año. Al parecer, pese a su indudable identidad cristiana, no se podían presentar como tales en el registro debido a la literalidad de la
Normativa de Asociaciones Universitarias que en su artículo 2.2 establece que "
quedan excluidas del reconocimiento las asociaciones de carácter político, confesional, las asociaciones de estudiantes con fines de representación estudiantil y las que tengan ánimo de lucro, así como cualquier otra cuya finalidad sea incompatible con lo preceptuado en este Reglamento". Por otro lado, también ha llegado la denuncia a Actuall de que la Asociación Juvenil Celestino Mutis, pese a estar ya debidamente registrada en la Universidad no cuentan con un local, como es habitual en todas las agrupaciones universitarias, por lo que mantienen sus reuniones y actividades en las zonas comunes del campus. Preguntada por los sucesos del pasado miércoles 14, la Universidad Pablo de Olavide se ha limitado a trasladar que ha conocido los hechos por los medios de comunicación y que está "recabando datos" antes de realizar ningún pronunciamiento al respecto. Por supaerte, el Consejo de Estudiantes de la Universidad tampoco ha emitido ningún texto de condena a través de sus perfiles sociales, donde sí ha protestado en las útlimas horas or el despido de un empleado de una de las concesionarias de los comedores del campus.
Carta a los agresores: "Jesucristo nos enseña a ser pacíficos, a buscar la verdad y a luchar por un mundo mejor. Él nos anima a no devolver mal por mal. Por Él, os escribimos esta carta"
Acoso y atentado contra la intimidad
Por su parte, la Asociación Celestino Mutis ha difundido una carta a través de su cuenta en la red social Twitter, en la que se dirigen tanto a los que celebraron el Miércoles de Ceniza con ellos como a los que "asistísteis para boicotearlo". https://twitter.com/padremutis/status/964141285228544003 En la carta, que tiene el objetivo declarado de "tratar de entendernos", se pregunta si el hecho de que unas decenas de alumnos profesores y personal no docente se unan para leer la Biblia, cantar y rezar juntos hace mal a alguien:
"Es un acto libre al que nadie se obliga, ¿qué hay de malo en ello?", subrayan antes de describir cómo "nos grabasteis en vídeo durante la celebración, con la tensión que ello nos generaba, conculcando así nuestro derecho a la imagen y a la privacidad; y en medio del acto, nos interrumpisteis y empezasteis a gritar 'fuera misas de la universidad'". Tras recordar que el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos protege la libertad religiosa, vuelven a preguntar a sus agresores: "¿Por qué boicotearnos nuestro sencillo acto? ¿Por qué violentar nuestra celebración, en vez de quedar con nosotros para dialogar y acercar posturas?
¿Qué ganabais con reventar este momento de paz y oración?". Los miembros de la Asociación también critican que el reglamento de Asociaciones no permita que éstas sean confesionales: "Un recorte ilegítimo del derecho constitucional a la libertad de asociación". Y tras manifestar su deseo de que algún día se logre una unviersidad "donde todos podamos ejercer nuestras libertades, en concordia y respeto", proponen a sus detractores que escuchen el motivo profundo de el acto violentado: "Una forma de celebrar a Jesucristo, nuestro Señor. Él nos enseña a ser pacíficos, a buscar la verdad y a luchar por un mundo mejor. Él nos anima a no devolver mal por mal. Por Él, os escribimos esta carta".
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