Educando para la vida en la ciencia y la virtud

Gloria Aguilar

Con un respaldo de  96 años, sirviendo a la niñez, el Colegio Margil de Jesús es una  institución educativa católica de inspiración cristiana, cuya formación se centra en los valores del Evangelio y la excelencia académica.
Incorporado a la Secretaría de Educación Pública cuenta con instrucción Preescolar y Primaria y está afiliado a la Confederación de Escuelas Particulares.
La comunidad escolar es atendida por la Congregación de las Misioneras Guadalupanas con una espiritualidad eucarística mariana, y cuenta con grupos mixtos reducidos que son beneficiarios del modelo educativo que está basado en la pedagogía de Santa María de Guadalupe que: Elige al necesitado, le habla con  cariño, suscita la confianza, anima a la esperanza y promueve la superación.
La Congregación de las Misioneras Guadalupanas fue fundada en 1916 en Guadalajara Jalisco por el canónigo José Manuel Escanes y Torres y la Rvda. Madre Mercedes Jiménez Urzúa.

Misión
Compromiso de ofrecer una educación integral mediante el desarrollo del saber, del conocimiento, de las habilidades, de las actitudes y cualidades, en un ambiente de armonía, respeto
y profunda
conciencia.

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l Los planes y programas de la secretaria de educación.
l Computación.
l Inglés.
l Educación en la fe.
l Formación en valores.
l Danza.
l Música.
l Matemáticas (CIME).
Contamos con sistema de video vigilancia.
Comedor y club de tareas.

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EDUCACIÓN

Educar para enfrentar
la vida

La felicidad no es ausencia de dificultades, sino enfrenarlas sin desfallecer. Por eso requerimos formar personas con resiliencia, con habilidades para hacer frente a la frustración propia de la condición humana y del contexto social que nos rodea.  En este saber “enfrentar” la realidad es lo que pone a la persona en camino de realización o de frustración humana.
Desde nuestra experiencia en el trabajo con adolescentes en contextos escolares, nos topamos con “hijos sin resiliencia”, en donde los padres de familia no quieren que sus hijas e hijos sufran lo que ellos sufrieron, que tengan una vida acomodada, que no batallen para conseguir lo que a ellos les ha costado tanto. Todos son buenos deseos, cariñosos y entrañables.  Sí, pero surgen preguntas: ¿Qué los hará madurar? ¿Llegarán a ser realmente libres? ¿Cómo formarán su carácter? o ¿A caso los padres serán eternos para solucionarles la vida? ¿Estarán ahí para recibir de los hijos los reclamos ante su inutilidad?
Hay un misterio en la existencia humana “uno crece solo en tiempos de crisis” ¿Por qué? No lo sé, pero nadie podrá negarlo. Nuestros niños y adolescentes requieren que los eduquemos para saber enfrentar las dificultades de la vida, no que las resolvamos por ellos o que queremos evitar que se topen con ellas, sino que los dejemos experimentar, estar a la intemperie de ciertas situaciones tales como el esfuerzo que deben hacer para conseguir sus deseos, aún sus caprichos; que vivan las consecuencias de sus acciones, que vivan el enojo de no poder tener o conseguirlo todo. Eso los prepara para la vida, a vivir sin codependencias umbilicales, sin grandes apegos y así poder algún día tomar su propio destino.
La verdadera educación para la vida está en enseñarlos y dejarlos aprender de las mayores oportunidades que se encuentran en los errores, en las caídas y en las dificultades cotidianas.  Esto es realmente dejarlos que crezcan como seres humanos aceptando y manejando los altibajos de la vida, les ayudará a formar su carácter, su psicología, su búsqueda de sentido y trascendencia. ¿Por qué negarles ese verdadero privilegio?
Volvamos la mirada a las grandes mujeres y hombres que han construido historia, en los que podemos encontrar no “ídolos” sino testimonio de que “cuando la vida se hace dura, los duros hacen camino”. La compleja realidad que vivimos nos exige educar para soltar amarras, en el asombro, en el saber levantarse en cada caída.
La sociedad y en especial los padres de familia, tenemos mucho que aprender para formar hijos con resiliencia, a vivir las crisis sin derrumbarse.

fepoc.semanario@gmail.com

En el mundo

de la información

José Andrés Guzmán Soto

En este momento que estamos viviendo la información se ha convertido en el ingrediente indispensable para la satisfacción de La necesidad de estar al tanto de lo que pasa en nuestro entorno local, nacional y global, que cada día se vuelve más complejo.

Existe todo tipo de información que llega a nuestros sentidos:

La información noticiosa que nos narra acontecimientos ocurridos casi al instante, como terremotos, guerras, violencia, narcotráfico, inseguridad, hechos heroicos, de paz, de concordia, todos ellos en búsqueda de satisfacer las necesidades informativas

La información publicitaria que oferta toda clase de productos y servicios cuya finalidad es el convencimiento para la compra de ellos.

La información de ficción, películas, series, novelas, videojuegos, etc, para nuestra diversión y ocio

La información cultural y científica que oferta contenidos para la ampliación de los conocimientos y saberes de los interesados en ello.

Pero, transversalmente dentro de todos estos tipos de información, está “el lado oscuro ”de la misma, manifestado en el mercado negro de la estafa, de la extorción, de la venta de armas, de la trata de personas, del narcotráfico.
Estamos viviendo una doble realidad: la realidad virtual o  virtualidad real; es decir ese gran mundo de la información y de la representación a través de los medios masivos de comunicación y de los medios interactivos que se combinan y hasta se confunden con  la realidad cotidiana del trabajo, la familia, los amigos, los vecinos, nuestro contexto sociocultural.
De aquí nuestras preguntas: ¿En cuál de los dos mundos pasamos la mayor parte de los días, de los meses y años? ¿En qué mundo confiamos más? ¿Cuál es la base de nuestra existencia: el mundo real o el mundo virtual?
Es posible encontrar personas que  un gran porcentaje de su tiempo viven el mundo virtual o en la virtualidad real y que los convierte en fanáticos de ese mundo; por otra parte, no faltará quien satanice la información y los medios, cayendo en el error de huir de ellos y vivir en la no-información; ambos extremos son dañinos.
No podemos ignorar todo el bagaje informativo que nos llega a diario, vivimos la Era de la información y la comunicación, vivimos la Era de los avances tecnológicos que nos dan herramientas maravillosas de interacción mediática. Pero también debemos de ser conscientes del lado negativo de los contenidos informativos y del mal uso de las tecnologías.
Por tanto, es necesario   aprender a seleccionar la información, a analizarla y valorar los contenidos informativos con espíritu crítico. Hay que aprender a vivir en el mundo de la información con sabiduría para el logro de un desarrollo integral.

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