David Hernández
Sacerdotes y laicos participaron del Encuentro de la Comisión de Cultura de la Provincia Eclesiástica de la Arquidiócesis de Guadalajara, que se realizó el sábado 02 de marzo en la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA) a través de la Cátedra Universitaria Cardenal Garibi Rivera; abordando el tema “El V centenario de la evangelización en México”.
El evento contó con dos conferencias que tuvieron como expositores al Pbro. Armando González Escoto con el ponencia “El Proceso de la Evangelización en México” y al Obispo Jesús González Hernández, Prelado del Nayar, que abordó el tema “La resistencia indígena frente a la evangelización. El caso Wixarica”.
Asimismo se efectuó un panel entorno a “El perfil de los misioneros en el siglo XVI” integrado por tres sacerdotes especialistas en historia: el Pbro. Alonso Chávez Ramírez, coordinador de la Dimensión de la Pastoral de la Cultura, Pbro. Heriberto Alcalá Cuevas, maestro y formador del Seminario Diocesano de Guadalajara y el Pbro. Carlos Alberto Gómez Rodríguez, párroco de Nuestra Señora del Rosario en Villa Guerrero.
Renovar las estructuras
En su discurso inaugural, el Obispo Juan Manuel Muñoz Curiel, Auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara y Presidente de la Comisión Provincial de Cultura, destacó que el reto con el cual se encontraron los frailes que llegaron a la Nueva España aún sigue vigente, por lo que es necesario seguir renovando las estructuras y anunciar creativamente el mensaje de Cristo a nuestras comunidades.
“Ningún católico podrá vivir con pasión y responsabilidad su fe sin esta experiencia kerigmática y catequética de Jesús vivo. Muchos católicos se avergüenzan de su pertenencia eclesial pues como pastores no les hemos ayudado a dar sentido a su existencia en esta realidad concreta e histórica, por eso el tema que hoy nos ocupa nos ayudará a ser más conscientes de la gracia que hemos recibido, y nos comprometerá a dar nuestro aporte personal (…) hay que volver a Jesús, hay que conocerlo como si fuera la primera vez que oímos hablar de él”, exhortó Monseñor Curiel.
No se puede generalizar la historia
Durante tu exposición, el Padre González Escoto señaló cinco riesgos historiográficos que pueden suceder al momento de estudiar el acontecimiento de la evangelización en América, que son: la generalización, la uniformidad, la ideologización, la parcialidad y el anacronismo.
“¿En qué momento o en qué momento toda América fue evangelizada? Eso sería una generalización porque todavía no se puede responder a eso. Otra generalización es que los indígenas de América se hicieron cristianos, tampoco, todavía hay comunidades indígenas que persisten en no ser cristianos. No podemos entrar en ese error de tantos historiadores y de tantas personas”, afirmó.
Sobre el papel de los misioneros y de los españoles en el continente, indicó que hay que buscar un punto medio apoyado en la evidencia histórica, pues no todo lo que hicieron puede catalogarse como bueno o malo.
“No puedo parcializar, es decir, la historia no puede seguir sometida al relato de buenos y malos, ya ideológicamente digo quienes son los buenos o los malos y a partir de ahí tejo la historia. Decir que los españoles es lo peor que nos haya pasado tampoco, además somos mestizos (…) finalmente unos y otros han construido nuestro país, nuestra cultura y si hoy día andamos medio mal no es por ellos sino por nosotros”.
El perfil de los misioneros
En el anuncio del mensaje de Cristo hubo presencia de cinco órdenes: franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas y capuchinos; así lo mencionó el Padre Carlos Alberto durante su intervención en el panel.
Puntualizó que la mayoría de los frailes que fueron enviados eran españoles, aunque también hubo italianos y belgas. Los que eran destinados eran reconocidos por su coherencia de vida y libremente pedían estar en la misión. “La Evangelización de la Nueva España no improvisación sino tenía una intención reflexiva y madura como lo prueba una de las resoluciones del capítulo general de la orden de los predicadores ya desde 1501, el cual dice: ‘que los frailes viajeros al Nuevo Mundo sean idóneos para la predicación, ejemplares y doctos, a la vez que temerosos de Dios, capaces de anunciar la Palabra de Dios y de confirmarlo con su ejemplo’ “, destacó el párroco.
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