En su mensaje, Mons. Ulloa Mendieta dijo: “hijos e hijas, el mejor regalo para una madre eres tú. Cuídala y evita ponerla en riesgo”.
El Día de la Madre se instituyó en Panamá en 1924, y se dispuso que se celebre el 11 de mayo. Años más tarde, en 1930, tras un pedido de mujeres católicas panameñas, se trasladó la celebración al 8 de diciembre, coincidiendo con la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.
El Prelado señaló que “ser mamá les da un lugar muy especial en la vida familiar y de la sociedad. Damos gracias a Dios por el don de la maternidad, porque desde el momento que sabes que estás embarazada, te preparas para el gran milagro de dar vida”.
“El don de la maternidad es tan grande que mujeres que han anhelado sentir crecer en su vientre esa nueva vida, pero al ver que no es posible, adoptan con gran amor la vida de quienes necesitan familia; ellas se han convertido en madres maravillosas por decisión”, destacó.
“Qué decir de las madres que vienen luchando por el futuro en medio de la pobreza. La mayoría están solas, son jefas de hogar y se esfuerzan dándolo todo por sus hijos y no pocas han mostrado solidaridad con otros niños en mayor necesidad”, añadió.
El Arzobispo de Panamá expresó también “nuestra solidaridad con las mamás de hijos especiales que han redoblado sus esfuerzos para hacer respetar sus derechos y su inclusión. También el reconocimiento a las madres que trabajan en servicios esenciales durante la pandemia, dejando a sus hijos y familia, en el cumplimiento con su deber ciudadano”.
“A cada una de las madres, tan diversas en sus expresiones y realidades, queremos decirles que aunque tus fuerzas se agoten, Dios te sostendrá siempre para que sigas en la lucha cotidiana, prodigando amor en el servicio”, dijo.
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