El 7 de diciembre, el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó que el Papa Francisco realizará un viaje apostólico a Irak del 5 al 8 de marzo del próximo año. El Santo Padre recorrerá la capital, Bagdad, la Llanura de Ur, vinculada a la memoria de Abraham, y las ciudades de Erbil, Mosul y Qaraqosh, en la llanura de Nínive.
El viaje será el primero que el Pontífice realizará desde el inicio de la pandemia de COVID-19, pues en 2020 no pudo hacer ninguna visita apostólica internacional como medida de prevención ante posibles contagios del virus.
Para el presidente ejecutivo de ACN Internacional, Thomas Heine-Gelder, la noticia ha sido muy esperada por los cristianos en Irak y es una “señal de esperanza” en medio de una realidad de persecución que sufrieron por años desde que terroristas islámicos conquistaron y destruyeron su tierra natal en el año 2014.
“Esta noticia del viaje apostólico del Papa a Irak nos llena de gran alegría y gratitud. Los cristianos en Irak han esperado con nostalgia este anuncio. Es una señal de esperanza para los cristianos afligidos que han tenido que enfrentar un verdadero Vía Crucis de persecución y discriminación durante décadas”, afirmó.
Además, Heine-Gelder dijo que con este gesto, el Santo Padre demuestra que está cerca de los cristianos iraquíes y además, aseguró que su visita los ayudará a decidir seguir viviendo en su tierra natal, que actualmente se encuentra siendo reconstruida para que pueda ser habitable.
“Este viaje es una muestra más de la cercanía y preocupación del Papa por los cristianos de Oriente Medio. La visita los fortalecerá y les dará un nuevo valor para permanecer en su tierra natal. Sin el apoyo del Santo Padre y de la Iglesia Universal, estas comunidades que fueron la cuna del cristianismo están en amenaza de extinción”.
La fundación pontificia viene apoyando la misión de la Iglesia Católica en Irak desde el año 2014, a través de la donación de fondos económicos de sus benefactores y la ejecución de proyectos sociales que ayudaron a aliviar las necesidades más urgentes de los cristianos y necesitados del país, especialmente de las zonas más afectadas por el terrorismo islámico.
Actualmente, ACN está en una nueva fase de su plan de reconstrucción, cuyo “objetivo central es reconstruir la infraestructura de las instalaciones administradas por la Iglesia Católica en las ciudades y pueblos cristianos de la Llanura de Nínive”.
Según ACN, de las 363 instalaciones de la Iglesia designadas para reconstrucción o reparación, 34 fueron totalmente destruidas; 132, quemadas; y 197, parcialmente dañadas. “El 87% [de las edificaciones reconstruidas] tendrá una función adicional de apoyo social o de bienestar”.
Entre ellas están “los pasillos parroquiales que sirven como centros comunitarios para actividades pastorales y sociales, las instalaciones educativas, los orfanatos, las casas de cuidado, las clínicas, las residencias para quienes prestan servicios a estos centros” como “los religiosos en calidad de maestros, el personal de salud o los profesionales de apoyo psicosocial”, dijo.
Según indica ACN, desde el 2014 hasta finales de 2019 recaudaron 46,5 millones de euros (más de 56 millones de dólares) de sus benefactores, monto que fue utilizado para mantener la presencia cristiana en Irak y, en particular, en la Llanura de Nínive.
Según recuerda ACN, “en el verano de 2014, los cristianos se encontraron en una situación desesperada después de huir del avance de ISIS hacia Mosul y la Llanura de Nínive”. Frente a ello, y gracias a los “esfuerzos de ayuda de emergencia, la organización benéfica pudo ayudar a garantizar la supervivencia inmediata de 11.800 familias desplazadas internamente”, señaló ACN.
Entre el año 2014 y 2017, ACN destinó 34,5 millones de euros (cerca de 43 millones de dólares) en proyectos de ayuda para las familias cristianas en Irak, con lo que lograron atender sus necesidades básicas sanitarias y alimentarias, les brindaron asistencia médica, habilitaron viviendas temporales (caravanas y subsidios de alquiler) y crearon ocho escuelas en caravanas.
Además de la ayuda económica, por medio de su Departamento de Asuntos Públicos, lograron que organismos internacionales se den cuenta del “exterminio selectivo de cristianos y otras minorías por parte de Daesh (ISIS) en Irak”. Entre ellos están las Naciones Unidas (ONU), las instituciones de la Unión Europea (UE), los estados miembros de la UE y el Gobierno de los Estados Unidos.
Este esfuerzo fue reconocido en febrero de 2016, cuando el Parlamento Europeo reconoció el genocidio de cristianos y otras minorías en Irak en una resolución que se basó en el documento del Departamento de Asuntos Públicos de ACN. Luego, este documento se amplió y se envió al Departamento de Estado de Estados Unidos, que también lo reconoció.
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