El Papa Francisco abrió el encuentro online sobre la crisis humanitaria en Siria e Irak, organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, con un mensaje de video en el que afirmó que “hay que hacer lo posible para que la presencia cristiana en estas tierras continúe siendo lo que siempre ha sido: un signo de paz, de progreso, de desarrollo y de reconciliación entre personas y pueblos”.
El Papa alabó la iniciativa, porque “todo esfuerzo, grande o pequeño, hecho para favorecer el proceso de paz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad justa”.
Una sociedad, insistió, “que se abra a la acogida y donde todos puedan encontrar un lugar para vivir en paz”.
En el encuentro, inaugurado a las 4:00 p.m., hora de Roma, participan 50 organizaciones católicas junto con los nuncios apostólicos y representantes de los episcopados locales, instituciones eclesiales y congregaciones religiosas.
El Pontífice señaló que “mi primer pensamiento va dirigido, sobre todo, a las personas que han tenido que dejar sus casas para huir de los horrores de la guerra, a la búsqueda de mejores condiciones de vida para ellos y sus seres queridos”.
“En particular, recuerdo a los cristianos obligados a abandonar los lugares donde nacieron y crecieron, donde se desarrolló y enriqueció su fe”.
Por otro lado, el Santo Padre expresó que su pensamiento se dirige también “a los refugiados que quieren regresar a su país”. En ese sentido, hizo “un llamamiento a la comunidad internacional para que se haga el esfuerzo de favorecer este regreso, garantizando las condiciones de seguridad y las condiciones económicas necesarias para que el regreso se pueda producir”.
Asimismo, el Papa Francisco recordó que “la Iglesia no es una ONG. Nuestra acción caritativa debe estar inspirada por el Evangelio. Estas ayudas deben ser un signo tangible de la caridad de una Iglesia local que ayuda a otra Iglesia que está sufriendo”.
Esa ayuda se produce “por medio de estos medios maravillosos que son las agencias católicas de ayuda humanitaria y de desarrollo. Una Iglesia que ayuda a otra Iglesia”.
Por último, recordó a los que trabajan en Irak y en Siria que “no estáis solos. Toda la Iglesia se hace uno”. “A vuestro trabajo le acompañará siempre mi bendición”.
Publicar un comentario