Acto Solemne por la recepción de las reliquias de San Maximiliano Kolbe en la Capilla del Parlamento de Polonia en Varsovia. Crédito: Andrzej Herchorowicz / Sejm de Polonia. pic.twitter.com/zjHxehaRjd
— Cynthia Pérez G. (@Cynthialpg) December 24, 2020El comunicado señala que a pocos días de celebrar la Navidad se realizó la presentación solemne de las reliquias de San Maximiliano Kolbe a ambas cámaras del Parlamento, ubicado en Varsovia. Según indicó el Centro de Información de Sejm, asistieron al evento el senador Jerzy Chróścikowski; Elizbieta Witek, mariscal del Sejm o Cámara Baja; y el capellán de la capilla del Sejm, el P. Piotr Burgonski.
El P. Grzegorz Bartosik, ministro provincial; el P. Damian Kaczmarek; y el guardián del monasterio franciscano de Niepokalanów, el P. Mariusz Słowik, entregaron las reliquias en representación de la Provincia de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción en Polonia. Se informó que “el acto de entrega se realizó ante las numerosas solicitudes de diputados y senadores”.
Las reliquias de San Maximiliano María Kolbe ahora reposan en la capilla del Sejm, dedicada a la Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, donde también hay reliquias de San Juan Pablo II y de Santa Joanna Beretta Molla.
Breve historia de San Maximiliano Kolbe
San Maximiliano María Kolbe, cuyo nombre de nacimiento es Rajmund Kolbe, es uno de los mártires polacos más famosos. Nació el 8 de enero de 1894 en Zdunska Wola, cerca de Lodz. Aproximadamente a los diez años de edad la Santísima Virgen María se le apareció con dos coronas en las manos: una blanca y una roja, que eran símbolos de la pureza y del martirio.
“Ella me miró con amor y me preguntó si quería estas coronas (...) Le respondí que las quería”, dijo San Maximiliano, según su madre, Maríanna Kolbe, indicaron los obispos de Polonia.
En 1910, el santo ingresó a la Orden de los Franciscanos conventuales. Cuatro años después tomó el hábito y recibió el nombre de Maximiliano. Durante sus estudios en Roma inició la actividad de la asociación “Militia Immaculatae”, conocida en Polonia como “Rycerstwo Niepokalanej” (Caballería de la Inmaculada).
Tras su regreso a Polonia, San Maximiliano fundó en 1922 el semanario mensual “Rycerz Niepokalanej” (Caballero de la Inmaculada), Radio Niepokalanów (Radio de la Inmaculada) y el monasterio más numeroso del mundo en Niepokalanów (762 personas en 1939).
Después de la invasión alemana de Polonia en 1939, el santo fue arrestado dos veces. Más tarde, en mayo de 1941, San Maximiliano fue enviado al campo de exterminio de Auschwitz.
Un día se escapó un prisionero y los alemanes, en represalia y como muestra de severidad, el 29 de julio de 1941 los nazis decidieron escoger a 10 prisioneros para que mueran de hambre en los calabozos. El décimo número le tocó al sargento Franciszek Gajowniczek, polaco también, quien exclamó: “Dios mío, yo tengo esposa e hijos”.
Ante esto, el P. Maximiliano ofrece intercambiarse por el condenado. El sacerdote es llevado a un subterráneo, donde alienta constantemente a los demás presos a seguir unidos en la oración. Después de varios días, sin comida ni agua, todos han muerto y solo él queda vivo. Al final, para desocupar el lugar, le aplicaron una inyección letal para acabar con su vida.
El santo fue beatificado el 17 de octubre de 1971 por San Pablo VI, siendo así el primer polaco en ser beatificado después de la Segunda Guerra Mundial. Once años después, el sacerdote franciscano fue canonizado por San Juan Pablo II. Franciszek Gajowniczek, salvado por San Maximiliano, estuvo presente en ambas ceremonias en el Vaticano.
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