“Si eres humilde, nada te tocará, ni elogios ni vergüenzas, porque sabes lo que eres. Si te culpan, no te desanimarás. Si te llaman santo no te pondrás en un pedestal”, dijo la santa.
Aquí la lista sobre formas de cultivar la humildad, que en un principio estaba dirigida a las Misioneras de la Caridad, la congregación que fundó:
1. Habla lo menos posible sobre ti.
2. Mantente ocupado en tus propios asuntos y no con los de los demás.
3. Evita la curiosidad (se refiere a querer saber cosas que no deberían preocuparte).
4. No interferir en los asuntos de los demás.
5. Acepta pequeñas irritaciones con buen humor.
6. No te detengas en las faltas de los demás.
7. Acepta censuras incluso si no son merecidas.
8. Ceder a la voluntad de los demás.
9. Acepta insultos y heridas.
10. Acepta el desprecio, ser olvidado y desatendido.
11. Se cortés y delicado incluso cuando seas provocado por alguien.
12. No busques ser admirado y amado.
13. No te protejas detrás de tu propia dignidad.
14. Cede, en discusiones, incluso cuando tengas razón.
15. Elige siempre la tarea más difícil.
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