“De manera muy especial, invitamos a los ciudadanos a participar del próximo proceso cívico-electoral, a escoger, de manera consciente y responsable, en todos los niveles de elección popular, a los líderes más capaces de impulsar la recuperación integral del país, en su ámbito social, de salud, económico y hasta anímico”, señalaron los obispos costarricenses en su mensaje.
Los prelados alentaron a hacer esto “de manera reposada y luego de un profundo análisis y reflexión, sin caer en la trampa de polarizaciones prefabricadas, ficticias o, muchas veces, de índole meramente ideológica”.
Los obispos también exhortaron “a los medios de comunicación social y a todas las personas que utilizan sus redes sociales para impulsar propuestas políticas, a profundizar en sus labores no solo como comunicadores, sino también como educadores de un electorado que requiere urgentemente de una información clara, precisa, objetiva e imparcial durante el proceso electoral”.
El 6 de febrero de 2022 los costarricenses elegirán al nuevo presidente, los dos vicepresidentes y los 57 diputados de la Asamblea Legislativa.
Si ninguno de los candidatos presidenciales obtuviese al menos el 40% de los votos, se convocará una segunda ronda electoral para el domingo 3 de abril con los dos más votados. En estas elecciones participarán alrededor de 23 partidos.
En el texto en el que se refirieron a diversos desafíos en Costa Rica como la violencia, la pandemia del COVID-19, el desempleo y la caída en el sector turismo, los obispos hicieron votos para que se elijan “personas con propuestas concretas y viables que orienten al país en el periodo 2022-2026, con capacidad de reconstruir y consolidar las bases, en búsqueda del bien común y el desarrollo integral de las personas”.
“Hemos señalado, de manera frecuente, que la ruta que debe marcar este bicentenario de vida patria independiente es la solidaridad”, a ejemplo del buen samaritano, agregaron.
Tras referirse a la importancia de combatir la pobreza, mejorar la educación y reducir la desigualdad, los obispos resaltaron que quienes sean elegidos “deben saberse servidores respetuosos de la ley y con la ineludible exigencia de realizar un trabajo digno y honesto, a fin de hacer valer la autoridad que les ha sido dada; caso contrario se perdería la solidez de los principios y de las bases en que se fundamenta nuestro estado social de derecho”.
“Ponemos en manos de Dios el bien de la mayoría que hoy clama por un liderazgo político claro y eficaz, que le permita al país salir delante de la crisis general en que se encuentra”, indicaron.
“Confiamos en el Tribunal Supremo de Elecciones como institución garante de un proceso que asegure unas elecciones libres y transparentes”, resaltaron.
Los obispos también alentaron a que “este proceso electoral sea una auténtica expresión de responsabilidad, democracia y civismo, en el que impere el respeto y el orden, y a través del cual busquemos entre todos los más altos ideales para el fortalecimiento de nuestra nación”.
“Ponemos en manos de Dios este proceso electoral por el bien presente y futuro de nuestro país, por el fortalecimiento de la democracia y la consolidación de la paz”, concluyeron.
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