Del 12 al 15 de septiembre, el Papa Francisco visitará cuatro ciudades de Eslovaquia, luego de celebrar la Misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional en Budapest, en la vecina Hungría.
Si bien el 20 de julio el ministro de Salud de Eslovaquia, Vladimir Lengvarsky, anunció que solo las personas completamente vacunadas podrán participar en los eventos programados para la visita apostólica del Papa Francisco al país; recientemente, las autoridades informaron que se podrá asistir al evento sin este requisito, pero sí, bajo ciertas condiciones.
El 4 de septiembre, la Conferencia Episcopal de Eslovaquia informó en su sitio web que el acceso a los eventos papales ya no se limitará a los que estén completamente vacunados, sino que también estará abierto a todos los que presenten un resultado negativo a la prueba del COVID-19 que sea reciente, o una prueba de recuperación de la enfermedad registrada en los últimos 180 días.
Tras el primer anuncio de las autoridades de Salud, establecida bajo la premisa de que el viaje papal contribuiría a una tercera ola del COVID-19, los obispos locales se resignaron a restringir el ingreso a solo los que estaban totalmente vacunados.
Al respecto, el mes pasado, el P. Martin Kramara, portavoz de la Conferencia Episcopal Eslovaca, indicó que el requisito estaba causando un dolor de cabeza a los organizadores del viaje en las cuatro ciudades. Explicó que los obispos habían aceptado la condición del gobierno, porque la alternativa era limitar los eventos papales a solo mil personas.
Según los medios locales, el P. Kramara dijo el mes pasado que el interés en la visita del Papa Francisco parecía menor de lo esperado. Los informes sugirieron que, al 2 de septiembre, los eventos estaban a solo el 13% de su capacidad, con 57 mil personas que se habían registrado para ver al Papa. El país tiene una población de 5,5 millones de personas y el 62% son católicos.
Actualmente, en Eslovaquia hay 396 mil casos de personas que se infectaron con el COVID-19, y más de doce mil fallecidos a causa del virus.
Cabe destacar que Eslovaquia tiene una de las tasas más bajas de personas vacunadas contra el COVID-19 de Europa. Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, hasta el 6 de septiembre, solo el 51,3% de la población recibió al menos una dosis de la vacuna.
Una encuesta de la Academia de Ciencias de Eslovaquia de julio de este año encontró que el 36% de los eslovacos dijeron que no querían recibir la vacuna contra el COVID-19. El resultado muestra un aumento considerable frente al 30,9% registrado en mayo.
El mismo mes, cientos de personas se reunieron frente al Parlamento de Eslovaquia en protesta por posibles nuevas normas relacionadas a las vacunas contra el COVID-19.
Los obispos señalaron en el sitio web que, a partir del 6 de septiembre, los católicos que no estén completamente vacunados podrán registrarse a los eventos programados para la visita del Papa Francisco a través del sitio web oficial, si cumplen con ciertas condiciones.
En Eslovaquia, las regiones se designan como “verde” o “naranja” según los niveles de COVID-19 que presente cada población.
Los organizadores de grandes eventos en zonas naranjas deben elegir entre tres categorías: “modo base”, en el que todos pueden asistir; “Modo OTP”, en el que la asistencia se limita a los que están completamente vacunados, han dado negativo en las pruebas o han superado el COVID; y la tercera incluye solo a los completamente vacunados.
La visita del Papa Francisco ahora está abierta a los participantes del “Modo OTP”. Los que asistan bajo esta modalidad tendrán sus propios sectores en los eventos en Presov, Kosice, Luník IX (hogar de la comunidad romaní más grande de Eslovaquia) y Sastín. Todos son distintos a los sectores reservados para los peregrinos completamente vacunados.
“El participante registrado recibirá un boleto con un código QR por correo electrónico: imprimirán el boleto y lo traerán al evento”, explicó el sitio web de los obispos. “Al ingresar al sector OTP, se les pedirá a los asistentes que muestren su boleto, DNI y una prueba negativa o confirmación de haber superado el COVID en los últimos 180 días”, agregó.
El 4 de julio, luego del rezo del Ángelus, el Santo Padre confirmó que viajaría a la capital húngara, Budapest, el 12 de septiembre para la Misa de clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional. Ese mismo día, el Papa Francisco llegará a Bratislava, capital de Eslovaquia, y pasará dos días el país fronterizo con Polonia, Ucrania, Hungría y Austria, antes de regresar a Roma el 15 de septiembre.
En una entrevista con la estación de radio española COPE transmitida el 1 de septiembre, el Pontífice indicó que viajaba a Eslovaquia debido a su preferencia por visitar “países pequeños” en Europa.
Al preguntarle si estaba interesado en visitar España, el cuarto país con el área más grande de Europa, el Papa Francisco respondió: “Mucho. Mucho. Pero, hasta ahora, mi elección de viajar a Europa son los países pequeños. Primero, fue Albania, y luego, todos los países que eran pequeños”.
“Ahora Eslovaquia está en el programa, luego Chipre, Grecia y Malta. Quería tomar esa opción: primero a los países más pequeños. Fui a Estrasburgo, pero no a Francia. Fui a Estrasburgo por la Unión Europea. Y si voy a Santiago [de Compostela], voy a Santiago, pero no a España. Seamos claros”, agregó.
El 5 de septiembre, tras el rezo del Ángelus dominical, el Papa pidió oraciones antes de su viaje a Hungría y Eslovaquia. “El próximo domingo viajaré a Budapest para la conclusión del Congreso Eucarístico Internacional. Mi peregrinación continuará después de la Misa, durante unos días en Eslovaquia, y concluirá el miércoles siguiente con la famosa gran celebración de Nuestra Señora de los Dolores, Patrona de ese país”, dijo.
“Serán días marcados por la adoración y la oración en el corazón de Europa. A la vez que saludo con afecto a los que han preparado este camino -y les doy las gracias-, a los que me esperan y a los que yo mismo deseo de todo corazón encontrarme, les pido a todos que me acompañen en la oración, y confío las visitas que voy a realizar a la intercesión de tantos heroicos confesores de la fe, que en esos lugares dieron testimonio del Evangelio en medio de la hostilidad y persecución”, agregó.
“Que ayuden a Europa a dar testimonio también hoy, no tanto de palabra, sino sobre todo de hechos, con obras de misericordia y hospitalidad, de la buena nueva del Señor que nos ama y nos salva”, concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
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