Según señala el diario El Tiempo, el domingo 30 de noviembre en horas de la noche, en el sitio conocido como Las Cruces, en la vía que comunica a los municipios de Cepitá-San Andrés, el vehículo en el que viajaban las víctimas rodó a un abismo de 300 metros de profundidad.
Según la información suministrada por la Policía de Tránsito y Transporte de Santander, el Párroco de Cepitá viajó el fin de semana a la localidad de Málaga para celebrar sus 25 años de sacerdocio.
En la camioneta Chevrolet también estaban Blanca Nelsa Cuevas, hermana del sacerdote; Martha Herrera, esposa de un exalcalde de Macaravita; el sacristán de Cepitá, Ramón Pérez, y un menor de 16 años.
Campesinos del sector y socorristas tardaron toda la noche y madrugada el lunes en rescatar los cuerpos de los fallecidos.
El municipio de Cepitá está situado en lo profundo del cañón del Chicamocha y se accede a su casco urbano por una complicada y peligrosa vía, con curvas muy cerradas.
Radio Caracol informa que fue Mons. Víctor Manuel Ochoa, Obispo de la diócesis de Málaga-Soatá, quien confirmó la lista de los fallecidos.
De acuerdo a los primeros testimonios, el percance se habría producido por fallas en el vehículo, dijo el alcalde de Cepitá, Pedro Pablo Carreño.

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