Ciudad del México (AICA): Haciéndose “eco del sentir de muchos mexicanos”, la Conferencia Episcopal de México expresa: “¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desparecidos”. El comunicado episcopal se hizo público al conocer la triste noticia de la muerte del sacerdote Gregorio López Gorostieta, que había sido secuestrado el pasado 21 de diciembre en Guerrero y fue hallado muerto el día de Navidad con un tiro de gracia según informó la diócesis de Ciudad Altamirano, que calificó de ¨aberrante¨ el asesinato.
“Los obispos de México nos unimos a la pena que embarga a monseñor Maximino Martínez Miranda, a la diócesis de Ciudad Altamirano, al Seminario Mayor “La Anunciación” y a la familia López Gorostieta por el sensible fallecimiento del padre Gregorio López Gorostieta, quien perdiera la vida de forma injusta y violenta”, escriben los prelados, que “confiados en la vida nueva y eterna que Dios nos ofrece en Jesús, nacido en Belén para salvarnos”, piden “al Señor que conceda al padre Gregorio el eterno descanso y fortalezca con la esperanza cristiana a sus familiares, a los seminaristas, a los formadores, a monseñor Maximino y a toda la Iglesia que peregrina en Ciudad Altamirano”.
Haciéndose “eco del sentir de muchos mexicanos”, repiten: “¡Basta ya! No queremos más sangre. No queremos más muertes. No queremos más desparecidos. Exigimos a las autoridades el esclarecimiento de éste y de los demás crímenes que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria, y que se castigue conforme al derecho a los culpables”.
Invocando la intercesión de Santa María de Guadalupe, los Obispos de México renuevan su invitación “a unirnos para pedir a Dios por la conversión de todos los mexicanos, especialmente de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte, y para que todos nos comprometamos a ser agentes en la construcción de un México justo, reconciliado y en paz”. +
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