AICA interroga a los presidenciables








Buenos Aires (AICA): Se acerca 2015, año eminentemente electoral. En otros tiempos los partidos políticos daban a conocer su proyecto de gobierno. Hoy son las personas que aspiran a la presidencia, los presidenciables, quienes ocupan en la práctica el papel de los partidos políticos. Muchos son los temas sobre los que se podría interrogar, como la educación, la corrupción y otros. Pero cuatro o cinco cuestiones que comprenden los principales problemas que afligen o preocupan a la ciudadanía bastan para intuir el pensamiento y los propósitos de quienes eventualmente ocuparían la Casa Rosada. AICA se propone, de esta manera, hacer conocer a sus lectores el pensamiento de cada candidato. Por una razón de cercanía física, el primer interrogado es Mauricio Macri, Jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.



Se acerca 2015, año eminentemente electoral en la Argentina. En otros tiempos los partidos políticos daban a conocer su plan o proyecto de gobierno, o lo que se llamaba entonces la plataforma político electoral. Hoy son las personas que aspiran a la presidencia de la nación, los presidenciables, quienes ocupan en la práctica el papel de los partidos políticos.

Muchos son los temas sobre los que se podría interrogar, como la educación, la corrupción y otros. Pero cuatro o cinco cuestiones que comprenden los principales problemas que afligen o preocupan a la ciudadanía bastan para intuir el pensamiento y los propósitos de quienes eventualmente ocuparían la Casa Rosada.




Son, entre otros, el problema de la exclusión, que comprende a los pobres, el flagelo de la droga y el narcotráfico origen de tantos males directos e indirectos que castigan a la población, la llamada despenalización del aborto y el papel de la familia.




AICA se propone, de esta manera, hacer conocer a sus lectores cuál es el pensamiento de los candidatos a presidente de la nación, sobre estos temas tan importantes para el país.




Por una razón de cercanía física, a dos cuadras de la sede de AICA, el primer interrogado es Mauricio Macri, Jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien se toma un momento para compartir con nosotros su propio balance. “No importa dónde estemos o qué estamos haciendo”, sostiene, “es importante repasar lo que vivimos, ser agradecidos y renovarnos junto a nuestros seres queridos y las personas que nos contagian esperanza”.




-¿Cómo ve el país hoy y qué piensa sobre nuestro futuro?



-Desde hace un tiempo vengo recorriendo el país, conociendo a personas increíbles y familias enteras que me abren las puertas de sus casas para mostrarme cómo viven a través de sus propios ojos. Cada visita es única. Son historias, anécdotas, sonrisas y mucha charla, pero también son una especie de desahogo. En todas partes hay una angustia muy grande. Porque cuesta conseguir trabajo o, los que lo tienen, hacen lo imposible para llegar a fin de mes. Porque la educación no está a la altura de los desafíos de nuestro tiempo y no les estamos dando a nuestros chicos las herramientas para su futuro. Porque da miedo salir a la calle por la cantidad de casos de inseguridad en la zona o porque la droga está en todas partes y no queremos que siga destruyendo vidas. Entonces me pregunto, ¿podemos seguir así? El año que viene tenemos una oportunidad histórica: podemos hacer un cambio para que todos podamos vivir mejor. En cada casa fui conociendo personas llenas de talento y de capacidad para salir adelante. Y tenemos una cantidad enorme de recursos en todo el país. Por eso soy optimista sobre nuestro futuro, y estoy convencido de que podemos vivir mejor.




-¿Cree que es posible acabar con la exclusión?



-Mi sueño es vivir en una Argentina donde todos, vivan donde vivan, tengan oportunidades para desarrollarse. Desarrollarse no es algo abstracto o teórico. Es que podamos levantarnos todos los días con ganas, porque sabemos que tenemos un trabajo donde somos valorados y podemos seguir creciendo. Significa que los chicos no tengan que abandonar la escuela y puedan recibir todos los estímulos que necesitan para aprender y construir su futuro. Y quiere decir también que la dignidad sea un valor presente en la vida de todos, que podamos apostar a cumplir nuestros sueños y mirar para adelante sin miedo, con confianza en nosotros mismos y en todo lo que podemos hacer. ¡Por supuesto que creo que es posible acabar con la exclusión! Hoy son muchas las personas con grandes necesidades en el país, pero tenemos todo para salir adelante y lo más importante es que podemos hacerlo. Si todos participamos vamos a hacer que más personas puedan estar mejor y ser más felices.




-El flagelo de la droga fue creciendo en estos últimos años, ¿cuál es su opinión sobre el tema?



-Eso es lo más triste. Ver que la droga avanza y se mete de lleno en la vida de las personas, afectando sus relaciones, sus familias, sus amistades, sus trabajos. Por eso es muy importante pensar en el que sufre una adicción, pero también en la gente alrededor. Como dijo el papa Francisco, lo que hay que hacer es afrontar los problemas que están en la raíz del consumo de drogas, con más justicia, con más educación, y acompañando para dar esperanza en el futuro. Es un problema difícil, pero cientos de casos de personas recuperadas muestran que no es imposible recuperarse y que, dentro de un marco de contención, se puede superar. La droga no llega sola y todo lo que hagamos desde el Estado para acompañar a los que padecen este mal tiene que estar acompañado de un compromiso firme para combatir el narcotráfico con dureza.




-Y al narcotráfico, ¿cómo se lo combate?



-Hay dos aspectos fundamentales para abordar esta problemática y son complementarios. El narcotráfico es un problema que atraviesa toda frontera, por eso es necesario que reforcemos las nuestras y que empecemos a combatirlo con fuerzas de seguridad confiables y entrenadas, con equipos preparados para enfrentarse a organizaciones criminales muy peligrosas. El otro camino que, como dije, va de la mano de lo anterior, es la inclusión social. En este tema es bueno tomar el ejemplo de países que hace mucho tiempo vienen enfrentando este problema y desarrollando políticas desde el Estado que dan resultados. Hay experiencias, como la de Medellín, que nos muestran que las políticas públicas que generan más integración y más seguridad en las zonas donde la pobreza es mayor sirven para combatir el narcotráfico además de mejorar la vida de las personas.




-En las últimas semanas se retomó el debate sobre la despenalización del aborto, ¿cuál es su opinión al respecto?



-Yo estoy a favor de la vida. Por supuesto que estoy de acuerdo y celebro que exista la posibilidad de debatir y que cada persona pueda exponer sus argumentos a favor de sus ideas. Creo que en la libertad para expresarnos está nuestra mayor riqueza.




-¿Cuál es para usted el papel de la familia en la sociedad?



-Cuando yo decidí meterme en política, lo hice con la convicción de que podía hacer un aporte para que las personas vivan mejor y podamos ser felices. No hablo de ciudadanos, ni de votantes. Hablo de personas. Y la familia ocupa un lugar fundamental en el día a día de todos. Es una comunidad “a pequeña escala” que hay que cuidar porque es en lo primero en lo que uno se apoya. Contar con la aprobación y el respaldo de mi mujer, de mis hijos, es lo que me da fuerza y creo que eso les pasa igual a todos. Tenemos que cuidar esos vínculos porque son los que nos impulsan a cumplir nuestros sueños y a trabajar con dedicación para encarar nuestros proyectos. Y sobre todo, los que nos llenan el corazón con amor y la más pura felicidad.+







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