Crece el camino de rosas
Esperanza Íñiguez de Castellanos
Rosario, Milagro por México, es el nombre de la Campaña que está uniendo a miles de mexicanos que desean cambiar el rumbo del país. La motivación radica en la claridad acerca de que la verdadera solución a los grandes desafíos nacionales no se agota en el esfuerzo humano, sino que supone la intervención sobrenatural de Dios. Esta intervención, bajo el patrocinio de Nuestra Señora de Guadalupe, a través del empeño humano, facilitará el cambio que todos buscamos para México
Para ello, Rosario, Milagro por México, está formando un camino de rosas, el cual inició el reciente 12 de diciembre, y que deberá culminar el 12 de diciembre del presente, haciendo una escala significativa el próximo 13 de mayo, Centenario de las Apariciones de la Virgen del Rosario de Fátima.
Las personas que se suman a la Campaña se comprometen a:
1- Ofrecer una cantidad diaria y voluntaria de rosas a la Virgen. Cada rosa equivale a un Ave María. Puede ser desde una rosa al día, hasta cincuenta (Rosario completo) o incluso más, para los entusiastas de la causa. Estas rosas o Avemarías se rezan pidiendo que en México vuelva a reinar el amor, la unidad y la paz.
2- Reflexionar: ¿Qué estoy haciendo para vivir el amor, la unión y la paz en mi vida?
3- Actuar: Cada oración se debe convertir en acción, y cada acción en la transformación de México.
Para hacer viable y tangible este camino de rosas, es necesario descargar la App gratuita de la Campaña “Milagro por México”, en los dispositivos móviles Android y Apple, cuyos interesados podrán capturar su meta personal de rosas al día. La App les recordará el cumplimiento de su objetivo a la hora seleccionada, y llevará automáticamente el récord personal y comunitario de rosas ofrecidas a la Virgen.
Rosario, Milagro por México, se ha fijado una meta preliminar para el Miércoles de Ceniza, 1º de marzo: Llegar a ocho millones de rosas ofrecidas a la Virgen, rogando su intercesión a favor de México.
El Papa ha insistido en el dinamismo de “salida” que debe permear toda la labor misionera de la Iglesia. Cada cristiano y comunidad está llamado a encontrar nuevos caminos que se atrevan a llegar a las “periferias existenciales”, que requieren la luz del Evangelio. Rosario, Milagro por México, participa de este dinamismo de salida, consciente de que los desafíos de México exigen una fuerte raíz espiritual que florezca en la caridad.
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