El Cardenal José Francisco Robles Ortega invitó a los habitantes de El Salto a meditar en los signos de la Consagración y a crear, unidos, una comunidad para encontrarse con un Dios vivo.
Rodeado de fieles, el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, consagró el Templo de la Santa Cruz, el pasado 3 de mayo, en El Salto. Ahí invitó a los presentes a meditar sobre los signos que se resaltan con este acto y que están relacionados con Cristo, que ha resucitado y está vivo en su Iglesia.
“Lo primero que uno ve uno cuando entra al Templo es el Altar, que está en el centro de la Iglesia, igual que el Ambón, donde se hacen las lecturas, porque desde el Ambón nos habla Cristo, que es la palabra de Dios hecha carne, y lo que la palabra nos anuncia se realiza en el Altar, y lo que se realiza en el altar, tiene su fundamento en la palabra poderosa de Dios”.
Añadió que los Templos consagrados son espacios de unidad porque representan el cuerpo vivo de Cristo, por lo que hizo un llamado a encontrarse con Dios vivo, dar fe del Bautismo y ser piedras vivas de la Iglesia.
Asimismo reconoció el esfuerzo hecho por toda la comunidad para construir un espacio digno donde se realice la Eucaristía y se impartan los Sacramentos, ya que dijo, de esa misma manera se buscan los mejores materiales para construir y fortalecer espiritualmente al ser humano.
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