San Juan de los Lagos recibe a su nuevo Obispo
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
El viernes 20 de mayo tomó posesión de su nueva Diócesis, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, y la cual recibió de manos de su antecesor, a quien fue aceptada su renuncia por motivos de edad avanzada.
Dulce Natalia Romero Cruz
La entrega de la Sede Episcopal de San Juan de los Lagos fue presidida por el Arzobispo francés Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en México (ya nombrado para el mismo cargo en Estados Unidos), y también se contó con la presencia del Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, y otros 55 Arzobispos y Obispos de Diócesis mexicanas. El Nuncio presentó al nuevo Pastor, Mons. Jorge Alberto Cavazos, oriundo de Monterrey, Nuevo León, quien mostró el pergamino de su nombramiento, que fue leído por el Secretario Canciller de dicha Diócesis, Pbro. Trinidad Antonio Márquez Guerrero, y enseguida Mons. Pierre le dio posesión de la Sede.
Una cálida bienvenida
El Vicario Diocesano de Pastoral, Pbro. Francisco Escobar Mireles, saludó a su nuevo Obispo de parte del Presbiterio, de los Religiosos y de los fieles. Por su parte, Mons. Felipe Salazar Villagrana, ahora Obispo Emérito de San Juan, agradeció a Dios por la llegada de Mons. Cavazos, y también a su Presbiterio y a sus fieles por todo lo que lo apoyaron desde 2008 que estuvo al frente del Obispado: “Un fuerte abrazo a mis hermanos Sacerdotes, a la Vida Religiosa y a los Laicos, porque, qué sería del Pastor sin ellos; cómo podría el Obispo evangelizar. Sólo me queda pedir perdón a Dios por las ofensas cometidas voluntaria o involuntariamente, y también a ustedes por mis omisiones, mis descuidos, mis palabras y acciones que pudieron ofenderles. Les pido que tengan hacia el Obispo Jorge Cavazos la misma o mayor generosidad que la que tuvieron conmigo. Recen por él. Y no olviden, todos los días, ponernos bajo la intercesión de la Virgen Nuestra Señora de San Juan de los Lagos. ¡Por tu pura Concepción y belleza sin igual, cúbrenos con tu manto, Madre Santísima de San Juan!”.
Una bella encomienda
Durante la Homilía, el Nuncio Papal, Mons. Christophe Pierre, aseguró que Dios nunca abandona a su Iglesia, y que, en este caso, ha respondido al llamado de esta Diócesis con un nuevo Obispo, por lo que pidió dar gracias por esa muestra de amor.
Recordó, al Prelado entrante, su triple ministerio en esta labor: “Enseñar, santificar y gobernar”. Deseó que en esta tierra tan amada por María Santísima, todos (Obispo, Sacerdotes, Consagrados, Laicos) “logren ser cada vez más profetas del Señor con su palabra, su testimonio, su conducta; que sean profetas para los miles de peregrinos que vienen llenos de Fe a postrarse a los pies de la bendita imagen de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos”. Los instó a “profetizar el Rostro del Padre de Amor y Misericordia”.
Replicó las palabras del Papa Francisco: “Es la hora de salir, ponerse en camino y decirle al mundo eso que hemos visto y oído; es hora de abandonar la rutina y la costumbre, que quitan frescura y fuerza al testimonio cristiano… es hora de ponerse de rodillas ante el sagrario, para desde ahí salir a ungir con el óleo de la Palabra y de la Misericordia a las familia;, para que la bondad se consolide y se expanda en la Sociedad. Es hora de dejar las propias seguridades y llenarse de audacia para ir a donde los hombres y mujeres viven, trabajan, sufren, y anunciarles la Misericordia del Padre, que se dio a conocer con Jesús de Nazareth”.
Por último, le dijo al Obispo Jorge Alberto que “el Pueblo de Dios que conforma esta Iglesia en particular, te mira con fidelidad y simpatía, con viva esperanza; en el nombre del Señor, acoge y abraza en tu corazón de hermano, amigo, Pastor y Padre, a los fieles, a tus Sacerdotes y Seminaristas. A tu lado estará siempre María Santísima, que te cubrirá con su segura protección”.
Bajo el manto de María
El nuevo Pastor, saludó al Cardenal Francisco Robles (Metropolitano de esta Provincia Eclesiástica que abarca a San Juan de los Lagos), al Nuncio y a los Arzobispos y Obispos presentes. Agradeció al representante pontificio su presencia, su amabilidad, su buen trato y su servicialidad, por ser la penúltima Diócesis que entrega en México (le falta Hermosillo, antes de irse a su nueva encomienda como Nuncio en la Unión Americana).
A su nuevo Clero se dirigió “Soy un hermano entre ustedes, y quiero servirles con un corazón sencillo, lleno de afecto a su trabajo y a su sacerdocio; haré lo posible por estar siempre cerca de ustedes. A los Seminaristas les digo ‘valientes’ por su decisión. Aprendamos de nuestros Hermanos Mártires que supieron decir con su vida: ‘¡Viva Cristo Rey!’
“Cuando me anunciaron que vendría para acá, sentí inmediatamente el arropamiento de María, y quiero, junto a Ella, mirarles y pedir por todos ustedes.
“En esa barca -refiriéndose a su Escudo Episcopal-, hay redes, trabajo, experiencia de fraternidad, valores humanos y familiares; en primer lugar, de mis padres (mi padre, que falleció recientemente), que me enseñaron a ser sencillo, humilde, a amar la vida y a tener un equilibrio en la Fe; a querer a todos los más necesitados sin exclusión; a apoyar al pobre y nunca burlarse del trabajador ni del hombre de buena voluntad; siempre pensar en cosas positivas; ser un hombre culto; despreciar la soberbia y amar la paz. Todos esos valores que van en esta barca, quiero compartir a ustedes”.
Apego a las buenas costumbres
“Quiero llenarme de estas tradiciones alteñas y jaliscienses, culturales y religiosas, que han llenado de vida a esta Región y a todo México, con los más de 10 millones de peregrinos que visitan este Santuario. Necesitan, jóvenes y niños, beber de sus raíces para disfrutar la vida y tener verdadero orgullo; para lograr nuestras alegrías y, así, salir adelante en el camino de la vida. Es nuestra historia, nuestra tradición mexicana y religiosa, que no debe pasar”.
Por último, agradeció a la feligresía de Monterrey que lo acompañó, a sus familiares y amigos. Mencionó su interés por unirse al Plan Diocesano de San Juan de los Lagos. Dijo estar muy contento y emocionado, y que el lunes 23 comenzaría su visita a los Decanatos. A los Sacerdotes les confirmó en sus cargos.
Escudo Episcopal
-Al centro, el Cristograma (anagrama de Cristo): Formado por las letras iniciales de Khristós (ungido) “X” “R”, también se le llama Crismón (monograma de Cristo), utilizado como expresión de Cristo Rey y Señor, acompañado por el Alfa y la Omega, letras primera y última del alfabeto griego. El Cristograma está puesto al centro del Escudo como expresión de que Él es el todo. De color dorado, porque significa su dignidad, poder y reinado.
-Silueta de la Virgen de San Juan: aparece inmediatamente después del Cristograma, perfectamente unida a Cristo y su Misión. Por eso el manto, su corona y Ángeles son de color dorado. María, como ejemplo y camino seguro a Cristo.
En su manto, como expresión de su santidad, dignidad y sus cuidados maternales, están:
A) La barca: representa a la Arquidiócesis de Monterrey, porque esa imagen está en el presbiterio del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, de la Colonia Independencia, donde el Obispo fue bautizado y educado.
B) Las palmas: simbolizan a los Mártires originarios de la Diócesis de San Juan de los Lagos. La imagen de la Virgen María figura la unión de las dos Diócesis.
-El campo (fondo del Escudo): es rojo, representando a la Pasión y Muerte de Cristo, y las vicisitudes de esta vida, que en Cristo y con los ruegos de María podemos superar.
-Lema: está basado en la cita de Efesios 1,10 “que todas las cosas tengan a Cristo por Cabeza”, pero resumida en el Lema de San Pío X: “Instaurare omnia in Christo” (Restaurarlo todo en Cristo).
Publicar un comentario