Violeta no había pisado una iglesia en toda su vida. “Creo que tan sólo una vez para una comunión, pero no lo recuerdo”, explica al semanario católico Alfa y Omega. Sus padres no la bautizaron de pequeña para que ella decidiera de mayor si quería profesar alguna religión.
Se definía como “medio agnóstica” porque siempre había tenido inquietudes por responder a las preguntas más profundas y trascendentales del hombre. Pero hasta entonces no había encontrado respuesta.
“Sentía una fascinación por todo lo que aparentemente no tiene que parecer natural: que estamos aquí, que existimos… yo lo veía sobrenatural. Como un misterio. No le podía dar una explicación y me parecía asombroso”, aseguró a Alfa y Omega.
Le concedieron una beca para poder estudiar cinco meses en la Universidad de Colonia (Alemania) y allí todo cambió.
Durante ese tiempo de estudio en el extranjero, la joven sufrió un shock anafiláctico. “Me estaba ahogando, estaba en el extranjero y sin dominar muy bien el alemán”, “estaba sola, no sabía qué iba a pasar…”, recuerda. Pero subraya que en un momento sintió “una gran paz, que no sabía qué era ni de dónde venía”.
Una vez superado ese momento crítico, Violeta comenzó a sentir algo en su interior que le llamaba a acudir a la Catedral de Colonia y allí fue.
Cuando entró en la catedral, según relata la joven, “volví a sentir la misma paz que había sentido en la ambulancia”. Desde entonces, comenzó a acudir todas las tardes. “Me quedaba allí sentada, sin hacer nada”, recuerda.
La beca acabó y tuvo que volver a España. Fue entonces cuando se dio cuenta que su vida había dado un cambio total “porque ese es un tipo de experiencia que te cambia”.
Comenzó a estudiar Filosofía para “conocer la verdad” y también empezó a leer a San Agustín.
“Hasta ese momento no sabía casi nada de la religión. Comencé a interesarme y a leer a distintos filósofos cristianos. Me di cuenta de que había recibido una gracia de Dios y me apetecía acogerla, me apetecía decirle que sí y creer”, asegura.
Fue entonces cuando conoció al capellán de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. “Le abordé un día y le dije que me quería bautizar”, recuerda Violeta, a lo que el sacerdote le contestó con una sonrisa: “Creo que primero tenemos que hablar un poco, ¿no te parece?”.
Así comenzó a prepararse con catequesis y oración. Dos años después de entrar en la Catedral de Colonia por primera vez, recibirá el Bautismo hoy martes 16 de mayo en la Catedral de la Almudena.
El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, la bautizará junto con otros 7 universitarios. También se confirmarán otros 54 jóvenes que se han preparado con la delegación de Pastoral Universitaria de Madrid.
Violeta asegura a Alfa y Omega que está “alegre” por unirse “plenamente a Jesucristo y a su Iglesia” porque para ella es “alguien que le acompaña en su día a día. Ha dejado de ser solo una idea. Esa idea que yo tenía se ha hecho carne y me acompaña en mi camino”.
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Él escupía a quienes iban a Misa y ahora es sacerdote https://t.co/kv6DzbXYfC
— ACI Prensa (@aciprensa) 4 de marzo de 2017
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