El Te Deum se celebró el 15 de mayo en la Catedral Metropolitana con la presencia de autoridades eclesiásticas y el Presidente de Paraguay, Horacio Cartes, personeros de gobierno y de las Fuerzas Armadas.
El Arzobispo de Asunción se refirió a la mesa de diálogo convocada por el gobierno y en la que participaron diversos actores, entre ellos la Iglesia del Paraguay, para lograr una solución a la violencia social desatada el 31 de marzo, luego que 25 senadores aprobaran una reforma constitucional que permite la reelección presidencial.
En ese sentido, Mons. Valenzuela destacó el saludo que el Papa Francisco envió el pasado 2 de abril invitándonos a buscar ‘soluciones políticas, sin cansarnos y sin violencia”.
“La mesa de diálogo ha sido una respuesta, para que desde el poliedro de las visiones políticas, cada cual con su propia perspectiva, buscara la luz de la unidad, la Patria antes de todo”, dijo.
“La oración de la Iglesia, con su ayuno, sacrificio y adoración eucarística, en el viernes de Dolores”, ayudó “a la respuesta inesperada y sorprendente que ha puesto fin a la crisis política”, agregó.
Mons. Valenzuela expresó que “la familia paraguaya, basada en el matrimonio de varón y mujer se alza como riqueza de nuestra Patria. Debemos unir la familia y el trabajo que en algunos casos se condicionan recíprocamente de diversas maneras. Favorezcamos los núcleos familiares, que el trabajo no perjudique la familia”, dijo Mons. Valenzuela.
En la homilía, explicó que la Iglesia en Paraguay “ha optado de manera particular por los jóvenes dedicándole tres años de reflexión” en el llamado Trienio de la Juventud, para con “optimismo en la formación y evangelización del futuro nacional, abrazarse a Cristo para vivir como sus discípulos misioneros”.
“Necesitan verdaderas oportunidades, en todos sus niveles, para acceder al estudio, al campo laboral, a la formación permanente. Los jóvenes son los nuevos líderes que deben formarse. Tratemoslos con delicadeza, mucho amor y cercanía, mostrándoles con el testimonio el camino de la fe cristiana, de la justicia y de la paz”.
Por otra parte, “la pobreza extrema, continúa siendo el desafío principal para las autoridades de la Nación” lo que abarca el bienestar social, la educación de calidad, salud accesible para todos, infraestructuras que permitan el desarrollo sostenible.
Mons. Valenzuela sostuvo que el bien común es un “deber de todos los miembros de la sociedad” y la “la manera cristiana” de promoverlo es “la alegría de vivir, es iniciar el proceso de dignificación –humanización integral– de la persona humana y fomentar la cultura del encuentro del diálogo”.
El Prelado invitó a “abrir nuevos horizontes de bien común, resolviendo con inteligencia y voluntad las barreras que aún debemos superar” e invitó a preparar “una eventual Reforma Constitucional”.
Ella deberá garantizar “la identidad paraguaya”, el equilibrio de los tres Poderes, en “concordancia con el reconocimiento auténtico del valor de la vida humana –en todas sus etapas– la familia, el matrimonio y el desarrollo pleno de la persona en todas sus verdaderas y auténticas dimensiones”, manifestó.
Saludos del Papa Francisco
El Santo Padre envió una carta al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, en la que expresó: “Con motivo de la fiesta nacional de la República del Paraguay deseo manifestar a vuestra excelencia mi cordial felicitación que extiendo a todos los hijos de esa noble nación”.
“A la vez que ruego a Dios para que les conceda progreso espiritual y desarrollo material en un ambiente de paz, serenidad y armonía”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 7 de abril de 2017
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