“Mientras se acercaba a su muerte, Jesús rezaba para que la Iglesia fuera una, que estuviera unificada. Mirando atrás en la historia y a los tumultos actuales en la sociedad y la Iglesia, es de vital importancia que recordemos que nuestra unidad viene de mantenernos en relación con el Padre, Jesús y el Espíritu Santo, y no de adoptar los valores del mundo”, escribió el Prelado en un artículo titulado “El Papa Francisco y el posible cisma alemán”, publicado este 26 de septiembre.
Tras recordar que el Santo Padre recientemente dijo que no tiene miedo a los cismas, el Arzobispo indicó que “desafortunadamente, recientes eventos en la Iglesia en Alemania, liderados por el Cardenal Marx y los obispos alemanes, generan el riesgo de dañar la unidad en la Iglesia universal”.
El Cardenal Reinhard Marx es el Arzobispo de Múnich y Freising y presidente de la Conferencia Episcopal. Es además uno de los cardenales que colabora con el Papa Francisco en el llamado C9 o C6 para la reforma de la Curia del Vaticano.
Mons. Aquila indicó en su artículo que los obispos alemanes “y un considerable grupo de laicos planean realizar un sínodo para tomar decisiones vinculantes que cambiarían asuntos doctrinales, como la ordenación de mujeres, la bendición de parejas del mismo sexo y asuntos relacionados a parejas del mismo sexo”.
En su asamblea plenaria realizada esta semana, los obispos alemanes decidieron la creación de la asamblea sinodal, como parte del proceso sinodal en la que los prelados serán una minoría de 69 de un total de 200 miembros.
El Arzobispo de Denver recordó que el Papa Francisco les dijo en junio a los católicos de Alemania en una carta que “cada vez que la comunidad eclesial intentó salir sola de sus problemas confiando y focalizándose exclusivamente en sus fuerzas o en sus métodos, su inteligencia, su voluntad o prestigio, terminó por aumentar y perpetuar los males que intentaba resolver”.
Esto, explicó Mons. Aquila, “sucede porque en los cismas no se escucha la voz de Dios y la voz auténtica del Espíritu Santo, que siempre tiene los ojos fijos en Jesucristo”.
El Prelado indicó que “es decepcionante que los obispos alemanes hayan decidido seguir adelante con sus planes, pese a la intervención del Papa Francisco y una carta del Cardenal Marc Ouellet (prefecto de la Congregación para los Obispos) que dijo que la propuesta alemana ‘no es eclesiológicamente válida’”.
El Arzobispo de Denver señaló que “el antídoto a esta potencial herida en el Cuerpo de Cristo es buscar la unión con las tres personas de la Santísima Trinidad, que están en la fuente de la unidad de la Iglesia. Los que aman a cada persona de la Trinidad, no buscan su propio camino”.
El Prelado recordó que el numeral 813 del Catecismo de la Iglesia Católica enseña que la Iglesia es una debido a su origen y su alma, que es el Espíritu Santo; por ello alentó a “mirar la historia de comunidades protestantes que se separan constantemente una de la otra por asuntos de doctrina para ver el impacto del reemplazo de la fe con creencias aceptables socialmente”.
“Además, fácilmente se puede observar en la historia que cambiar la enseñanza para estar al día con la moralidad moderna no llena iglesias. Solo el encuentro con Jesucristo, siendo fiel a él sin importar el costo, y mantenerse unido a la vid, eso sí da frutos y llena iglesias”.
El Arzobispo recordó el ejemplo de San Maximiliano Kolbe, un sacerdote que murió asesinado tras ofrecer su vida por la de un padre de familia en un campo de concentración nazi, y resaltó que “para que la Iglesia se mantenga unida, tenemos todos que amar y estar conectados a Jesucristo y su enseñanzas, más no las del mundo”.
“Tenemos que poner nuestra fe en Jesucristo y confiar en que Él es fiel a sus promesas”, subrayó. “Una fe fuerte, confiada en Jesús y su poder y autoridad, nos da la fuerza de vivir el Evangelio. Es realmente la obra de Dios, como Jesús nos recuerda: ‘Para los seres humanos esto es imposible pero para Dios todo es posible’”, concluyó el Prelado.
La grave crisis de la Iglesia en AlemaniaEl artículo del Arzobispo de Denver se publica cuando la Iglesia en Alemania vive una grave crisis.
En los primeros días de septiembre, el Cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, dijo que “se puede llegar a la conclusión de que tiene sentido, bajo ciertas condiciones y en ciertas regiones, permitir sacerdotes casados”. Estas se declaraciones cobran mayor importancia ya que el Cardenal participará del 6 al 27 de octubre en el Vaticano del Sínodo de la Amazonía, cuyo documento de trabajo plantea la posibilidad de ordenar a hombres casados como sacerdotes.
El Cardenal ha hecho también otras polémicas declaraciones en las que, entre otras cosas, alentó el acceso a la comunión de los divorciados en nueva unión, promovió que los sacerdotes católicos bendigan parejas homosexuales y sugirió que los laicos prediquen en Misa.
Asimismo, y también en el marco del Sínodo de la Amazonía, algunos obispos alemanes asistieron a fines de junio a una reunión privada en Roma, entre los que estaban el Cardenal Walter Kasper, que promueve públicamente el acceso a la Eucaristía de los divorciados en nueva unión.
En una entrevista en 2018, el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Franz-Josef Bode, dijo que si se autoriza la ordenación de sacerdotes casados en la Amazonía, entonces los obispos alemanes insistirían para tener ese mismo permiso. En enero de ese año también dijo estar a favor de bendecir a parejas homosexuales.
De otro lado, Mons. Franz-Josef Overbeck, Obispo de Essen y presidente de Adveniat, institución de ayuda de la Iglesia en Alemania para América Latina, dijo que el Sínodo de la Amazonía “es un punto de no retorno” para la Iglesia y que “nada será lo mismo” después de este encuentro.
El Prelado también apoyó públicamente la “huelga de mujeres” contra la Iglesia en Alemania, convocada por un grupo de católicas tras el no del Papa Francisco a la ordenación de diaconisas.
A mediados de julio de este año la Conferencia Episcopal de Alemania dio a conocer algunas estadísticas de 2018, entre las que destaca que en el periodo fueron más de 216 mil fieles los que decidieron abandonar la Iglesia Católica.
Asimismo, de los 23 millones de bautizados en el país, de una población total de 83 millones, el porcentaje de los que asisten a la Misa dominical está en un 9.3%, es decir alrededor de 2,1 millones.
En el caso de los sacerdotes que sirven en las diócesis del país, el número ha descendido a 1.161 en 2018, cuando eran más de 17 mil en el año 2000.
Las estadísticas también señalan que en el año 2000 las parroquias en Alemania eran 13.241. En 2018 descendieron a 10.045.
Las estadísticas de 2018 no proporcionan ninguna información sobre el sacramento de la Reconciliación o Confesión, una práctica que parece haber sido abandonada casi por completo por los católicos del país, incluidos los sacerdotes.
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