Desde el 2000, debido al fortalecimiento de las capacidades de manejo de las emergencias obstétricas en la red de servicios de salud, se logró mejorar la atención a las madres y reducir en casi la mitad la posibilidad de muerte, pasando de 162 muertes a 84 por cada 100 mil nacidos vivos en el 2017.
Como afirma el director general de la OMS a la Agencia de Información de Paraguay, Tedros Adhanom, “en los países que ofrecen servicios de salud seguros, asequibles y de calidad para todos, las mujeres y los niños sobreviven y salen adelante”.
En ese sentido, Brunstein, de Médicos por la Vida – Paraguay, afirmó que “el hecho de que hayamos disminuido tanto la mortalidad materna en nuestro país sin permitir ningún tipo de aborto inducido, nos refuerza en la convicción de que estamos en el camino correcto y de que no es necesario matar al hijo en el vientre de la madre para disminuir la mortalidad materna”.
En declaraciones a ACI Prensa, Brunstein dijo que la reducción de la mortalidad materna se debe a iniciativas del Gobierno como “aumentar el número de centros de salud y de médicos por cada habitante, mejorar el servicio de emergencias médicas extra hospitalarias (SEME), sobre todo en áreas rurales, que son las que tienen el acceso más dificultoso al servicio de salud, mejorar las condiciones de saneamiento (por ejemplo el acceso al agua potable), el mayor acceso de la mujer a la educación primaria, secundaria y terciaria”.
A estas mejoras se suma el código rojo obstétrico neonatal, plan aprobado el 2018 por el Ministerio de Salud y que brinda “un manual y talleres de capacitación para implementar un protocolo de actuación rápida estandarizada de todo el personal de salud (desde licenciados en enfermería y obstetricia hasta los médicos, ya sean generales o especialistas en gineco-obstetricia) para identificar las emergencias obstétricas que son las principales causas de muerte materna en el país”.
La médico provida dijo que estos resultados favorables son un precedente para países con las mismas características socioeconómicas y culturales que busquen fortalecer su sistema de salud pública, dado que Paraguay logró mejorar “los problemas de saneamiento ambiental, el bajo nivel educativo en general y por lo tanto de la mujer, la dificultad de acceso a servicios de emergencias obstétricas y neonatales y las escasas consultas prenatales (en relación directa con el nivel educativo de la mujer)”.
Asimismo, señaló que el logro de Paraguay, donde organizaciones buscan la despenalización del aborto, nos demuestra que la salud pública es una vía para reducir las muertes maternas.
Paraguay no es el primer país que logra estos resultados positivos sin aceptar el aborto; antes de la despenalización de esta práctica, Chile y Uruguay ya habían logrado una reducción de la mortalidad materna comparable con países desarrollados.
“Chile, sin aborto legal, llegó incluso a tener menor mortalidad materna que EEUU, país donde se practican abortos legales desde la década de los 70”, indicó Brunstein.
Encontramos así que, “los países con menor mortalidad materna son también los que tienen menor desigualdad social, mejor saneamiento ambiental, acceso universal a servicios de emergencias obstétricas y la atención calificada del parto y mayor nivel educativo de la mujer” señaló la médico provida.
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