Vivimos en un mundo donde el dinero es el nuevo dios que todo lo resuelve. Un mundo que confunde la felicidad y la vida con el tener dinero para comprar-consumir-comprar … comprar inclusive cosas que no necesitamos y que muchas veces ni siquiera las utilizamos. Una cultura consumista y del descarte, así lo llama el Papa Francisco. Una cultura que genera un hambre insaciable por tener bienes materiales, con una voracidad peligrosa que nos lleva a no fijarnos en los demás, ni en los daños ecológicos y sociales.
Se necesita una valiente y profunda revolución cultural
Siguiendo al papa Francisco, nuestros obispos latinoamericanos afirman en su Carta Pastoral sobre Ecología Integral “NECESITAMOS una valiente revolución cultural. Un cambio en nuestra forma de ser, de pensar, de actuar, de consumir y de producir. Un cambio que nos lleve a pensar en los demás, en el futuro de la madre naturaleza y sobre todo en los más pobres. Una revolución cultural, que nos exige también una conversión ecológica integral, dicen los obispos. Una conversión que nos debe llevar a compromisos concretos y duraderos a nivel personal, familiar, local, regional, nacional e internacional”. Es el tema que se aborda en el décimo séptimo programa de la Red Iglesias y Minería, sobre la Carta Pastoral del CELAM: Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común.
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