La declaración forma parte de las conclusiones del encuentro “Repensando la economía. Por una economía con rostro humano” realizado el 27 y 28 de septiembre en Paraná, Entre Ríos.
"Constatamos que la situación del país es muy grave, porque estamos muy lejos de una economía con rostro humano y por el contrario, desde hace más de 40 años el número de pobres ha ido creciendo de manera escandalosa", describió el mensaje.
Los participantes dilucidaron que “la raíz de semejante situación” podría tener múltiples causas como “un sistema económico que mata, predominio de la especulación financiera y de los mercados, políticas de exclusión, intereses que privilegian lo propio sobre el bien común, una dirigencia que no ha estado a la altura de las circunstancias".
"Creemos que la gravedad del momento presente, se convierte en un grito humano, en el grito de muchos, especialmente de pobres y vulnerados y que nadie puede dejar de oír. Es un clamor que llega al cielo", enfatizaron.
Sin embargo, los participantes advirtieron que “hay salida” para este difícil contexto y destacaron la "participación comprometida de los jóvenes, que manifiestan una reflexión propia, actualizada y propositiva".
"Vale la pena escucharlos y ofrecerles intervenir de manera activa en los espacios donde se gestan las ideas, los planes y fundamentalmente las decisiones".
Asimismo, alentaron a "dejar de lado todo lo que nos impide construir un verdadero pacto social y político, en el que sea un valor superior la fraternidad, la solidaridad y la posibilidad que todos los habitantes de nuestro suelo logremos alcanzar, con igualdad real de oportunidades, ser persona digna, familia y nación".
El encuentro "Repensando la economía. Por una economía con rostro humano” desarrolló conversatorios sobre la necesidad de integración regional, cómo pasar del equilibrio macroeconómico al equilibrio social y ecológico, el trabajo digno, la equidad distributiva y la paz social en latinoamérica, el desafío de un nuevo pacto económico para la fraternidad, entre otros temas.
Las jornadas fueron encabezadas por el Obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Cepas, Mons. Jorge Lugones, y participaron los equipos de la pastoral social de diversas diócesis del país, economistas, actores sociales, políticos, jóvenes y adultos.
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