“Fue publicado por error. No habrá cambios en las regulaciones del aborto”, dijo un portavoz del Departamento de Salud y Asistencia al diario británico The Independent, cinco horas después de que aparecieran los cambios en el sitio web oficial del Gobierno del Reino Unido.
La orden retirada el 23 de marzo habría permitido a las mujeres interrumpir los embarazos a través de píldoras abortivas por hasta nueve semanas, y no habría requerido que las mujeres asistieran primero a un hospital o clínica, informó el diario británico.
“Esta política radical y muy perturbadora… habría puesto a más mujeres en riesgo. El anular cualquier supervisión médica directa que vigile el uso de ambas píldoras abortivas podría haber provocado un aumento de las complicaciones físicas y psicológicas experimentadas por las mujeres”, señaló el martes John Smeaton, presidente ejecutivo de la Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos (SPUC) del Reino Unido.
La orden parecía ser una respuesta a la carta enviada el 23 de marzo por muchos grupos de médicos del Reino Unido, incluyendo el Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos (RCOG), instando a la Secretaría de Salud que permita que las mujeres busquen la aprobación para auto-administrarse la píldora abortiva por telemedicina; es decir, por medio de un servicio de salud a distancia.
La página del Gobierno del Reino Unido que mostraba el anuncio retirado en cuestión, ha sido eliminada, y en su lugar se lee un mensaje que reitera que “no habrá cambios en las regulaciones del aborto”.
“No tenemos propuestas para cambiar las regulaciones del aborto como parte de la respuesta al COVID19”, dijo el martes el Secretario de Salud, Matt Hancock, en la Cámara de los Comunes del Reino Unido.
Actualmente, la ley del aborto del Reino Unido exige que los abortos solo se realicen en un hospital por parte de un proveedor especializado o en una clínica autorizada y con la aprobación de dos médicos.
Un aborto con medicamentos, a veces llamado aborto químico, es un proceso de dos pasos que involucra la ingestión de dos drogas: mifepristona y misoprostol. La mifepristona mata de hambre al bebé nonato al bloquear los efectos de la hormona progesterona e inducir un aborto espontáneo. El segundo fármaco, el misoprostol, se toma hasta dos días después y se encarga de inducir el parto.
Desde diciembre de 2018, según las pautas del Gobierno del Reino Unido, las mujeres pueden administrarse la segunda píldora para abortos médicos en el hogar.
Desde antes del brote del COVID-19, durante diciembre de 2019 el Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos (RCOG) ha recomendado que a nivel nacional se expanda el acceso a estos medicamentos abortivos mediante el uso de la telemedicina.
La Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos (SPUC) lamentó las recomendaciones del RCOG en ese momento, y argumentó que subestiman los riesgos potenciales de los medicamentos abortivos.
“El RCOG está jugando con la salud de las mujeres. Este enfoque es una propaganda para engañar a las mujeres y hacerles creer que las píldoras abortivas son seguras y simples, cuando no lo son”, dijo Antonia Tully, directora de campañas de SPUC, la más grande y antigua organización provida del Reino Unido.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, anunció las medidas de distanciamiento social poco después de que se eliminara la regulación del aborto en la web, y ordenó de forma estricta que los ciudadanos se queden en casa con las únicas excepciones de comprar alimentos, hacer ejercicio solos por una vez al día e ir a trabajar, de ser absolutamente necesario.
El diario The Independent estimó que en los próximos tres meses, 44 mil mujeres en Inglaterra y Gales buscarán abortar con medicamentos de forma temprana.
En los Estados Unidos varios estados, incluidos Ohio y Texas, han cancelado “todas las cirugías no esenciales o electivas”, que se aplican a la mayoría de los abortos, para cuidar los recursos destinados al personal de salud que enfrenta la pandemia del coronavirus. Estas medidas han recibido la aprobación de los grupos provida.
Las medidas correctivas por el incumplimiento de estas órdenes han conllevado a multas y sanciones severas, como por ejemplo la orden ejecutiva del estado de Texas que ordena multas de hasta mil dólares o 180 días en la cárcel.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente por CNA.
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