Por eso, el cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid ha impulsado cinco grupos de trabajo sectoriales para analizar la realidad en la que se encuentra Madrid y ofrecer orientaciones a la Iglesia diocesana para afrontar las secuelas del coronavirus.
Desde la Archidiócesis aseguran que la idea es que los grupos mantendrán una serie de reuniones durante todo el mes de junio para poder proporcionar al Arzobispo y al Consejo Episcopal “elementos útiles de análisis de la realidad que permitan el discernimiento y la traducción en prioridades pastorales y propuestas operativas en todas las áreas”, así como “facilitar a la Santa Sede información sobre la reflexión de la Iglesia local”.
El primero de los grupos que ya ha mantenido varios encuentros telemáticos está dedicado a la atención de urgencias y nuevas necesidades emergentes, que está liderado por Cáritas Diocesana de Madrid para buscar “respuestas eficaces y adecuadas de modo que nadie se quede atrás” y cuenta con representantes de distintas entidades eclesiales, que intentarán sumar esfuerzos con otras realidades desde los principios de solidaridad y subsidiariedad.
Los otros grupos que se activarán próximamente estarán destinados al “estudio y prospectivas”, por el que académicos y expertos se plantearán qué viene después de la emergencia y analizarán las consecuencias económicas, culturales, religiosas y sociales, nutriéndose, entre otras fuentes, del primer grupo de trabajo.
“Medios de Comunicación social”, donde periodistas y profesionales de la comunicación valorarán qué papel juegan los medios en la configuración de la sociedad del futuro y la presencia de la Iglesia en estos.
Además de “Cristianos y políticos”, por el que cristianos de diversas formaciones políticas se plantearán el lugar de la política y de la Iglesia en la sociedad pospandemia y “senado de personalidades”, que está integrado por personalidades de ámbitos como la ciencia, la cultura, el derecho o la educación, que abordarán las líneas fuerza de este cambio de época y el rol que debería jugar la Iglesia.
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