Haciendo referencia al texto bíblico, el Prelado resaltó que “la cizaña gana espacio en una sociedad o ambiente, o bien, en las estructuras de pecado, cuando cada persona o ciudadano, se permite optar por el uso de cualquier medio malo para lograr un fin determinado”.
En este sentido, motivó a creer posible una sociedad y cultura más sana. Para ello “deberemos disponernos a quitar la cizaña de nuestro corazón que tanto perjudica a los demás y nos sumergen en la oscuridad”.
El Obispo de Posadas lamentó que en nuestra época la palabra “santidad” es poco escuchada y que sea relacionada con acontecimientos ligados a la religiosidad popular. También expresó su preocupación por la biografía de los santos, a quienes se les presenta como figuras que no se asemejan a las personas comunes.
“Se hace referencia más por sus aspectos extraordinarios que por haber vivido la santidad en la vida ordinaria”, acotó.
Más adelante precisó que la Iglesia propone estos modelos, como la de Juan Pablo II, para que veamos que la santidad es posible. “Si es raro escuchar hablar de la santidad, puede ser más difícil entender que todos los hombres y mujeres, sobre todo los bautizados tenemos el llamado y la posibilidad de ser santos”.
Luego hizo referencia a los desafíos de las Orientaciones Pastorales en donde está el tema de la conversión a Jesucristo y la necesidad de respaldar la acción evangelizadora con la santidad.
Por último habló de la importancia de la formación en esta acción que su diócesis buscará reforzar con el Encuentro Diocesano de Catequistas, que se realizará el 31 de agosto en el polideportivo de la Parroquia Corpus Christi de Corpus.
“Los laicos que son la mayoría del pueblo de Dios, tienen una especial responsabilidad en este tiempo de discipulado y misión porque a ellos les toca en sus ambientes, transformar las realidades temporales, ser instrumentos directos en la cotidianeidad de la evangelización y humanización de la cultura”, aseveró.
Más información en: http://bit.ly/1znfS0g
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