En una entrevista concedida a Vatican News, el Cardenal Czerny lamentó con “gran tristeza” que en estos meses de la pandemia la trata de personas ha aumentado “terriblemente”.
“Esto debe sorprendernos. Si bien todos nosotros, los ‘buenos’, estamos encerrados en casa, ¿por qué aumenta y no disminuye la demanda? Esto indica que las raíces del problema se encuentran en las casas, en los corazones de las personas, ciudadanos, hermanos y hermanas que nos rodean. Esta conexión entre la trata y la vida aparentemente normal de las personas aparentemente normales es un gran escándalo que debe hacernos pensar, pedirle perdón a Dios, buscar la conversión necesaria para reducir y eliminar la demanda que es el motor de la trata”, advirtió.
Además, el subsecretario de la sección migrantes y refugiados que depende del Dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral indicó que “respuesta más grande de toda la Iglesia se encuentra en el compromiso de las religiosas en la red ‘Thalita Khum’”.
Por ello, el Purpurado explicó que para la sección migrantes y refugiados del Dicasterio “la primera prioridad es acompañar la red, colaborar, apoyar, sugerir, facilitar…”.
En este sentido, el Cardenal Czerny señaló que “en muchos países del mundo las religiosas están respondiendo en nombre de la Iglesia y en nombre de Cristo” por lo que es “muy importante reconocer este trabajo, porque ellas no hablan, actúan”.
Asimismo, el subsecretario de la sección migrantes y refugiados reconoció que la pandemia ha complicado el compromiso de las religiosas, pero que “gracias a Dios, gracias a la ayuda del Espíritu Santo, ellas han encontrado los medios para continuar a llevar hacia adelante el ministerio” y añadió que “no se resignaron a tres o seis meses de encierro. No: cambiaron medios o métodos y continuaron”.
Por último, en el Día Mundial contra la Trata que se celebra este 30 de julio, el Cardenal Czerny advirtió que este fenómeno engloba no solamente la prostitución, sino también, “toda la explotación en línea y trabajo forzado; también incluye el tráfico de órganos, un delito para el que no hay palabras, y otros aspectos, como el uso de personas para transportar drogas ... Todos estos son compromisos o ‘negocios’ de la trata”, por lo que exhortó a reflexionar “en la cultural del descarte, una cultura del placer instantáneo o necesario, obligatorio” porque algunas “necesidades” están en el “corazón del problema de la trata”.
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