El pasado viernes 24 de julio el P. Company tomó posesión como canónigo de honor de la catedral de Valencia y durante la ceremonia el sacerdote afirmó: “Dios, nuestro Señor, todo, en mayúsculas, todo, lo ha hecho bien en mi vida”.
“Dios me ha regalado, entre tantos dones de su misericordia, y sobre todos ellos, el sacerdocio. No soy capaz de imaginar ni concebir mi existencia sin ser sacerdote. Nada podría darme esta felicidad”, destacó ante el Cabildo de la Catedral, en una celebración presidida por el Arzobispo de Valencia, el Cardenal Antonio Cañizares.
El P. Company destacó que “estos últimos años y hasta el final de mi vida terrena Dios me ha bendecido con la enfermedad. Aunque mis frutos fueran pobres, en su solicitud amorosa me ha elegido para podarme y que dé más fruto. Si es inmensa mi gratitud por ser sacerdote, cuanto más lo es por ser sacerdote enfermo”.
Según destacan desde la web de la Archidiócesis de Valencia, este sacerdote sufre desde hace 15 años una fibromialgia severa agravada con otras dolencias, lo que le obliga a utilizar continuamente silla de ruedas.
“¡Cómo no acoger con alegría aquello que en el ejercicio del ministerio me ayuda a configurarme más y mejor con Cristo, Sumo y eterno Sacerdote! Él, que conoce muy bien mi debilidad, me lo ha querido poner fácil. Sólo espero poder llevarla con dignidad en lo humano y con visión siempre sobrenatural”, afirmó.
Además destacó que su sacerdocio no está “limitado o reducido” por la enfermedad, sino “elevado a su esencia, a aquello que me pidió la Iglesia el día de mi ordenación: ‘Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios, considera lo que realizas e imita lo que conmemoras y conforma tu vida con el misterio de la Cruz del Señor’. Hoy como entonces, `Dios que comenzó en mí la obra buena, él mismo la lleve a término´. Alabado sea el Santísimo Sacramento”.
Juan Ricardo Company Marqués recibió la ordenación sacerdotal en la Catedral de Valencia (España) en 1989. Inició su ministerio pastoral como vicario parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, del barrio valenciano del Cabanyal y sirvió en los años posteriores en otras parroquias hasta que en el año 1998 fue nombrado colaborador en la Catedral de Valencia como confesor y en el año 2000, capellán del Hospital General Universitario de Valencia.
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