Este miércoles 8 de julio, el director de comunicaciones de la Diócesis de Fargo, Paul Braun, confirmó a ACI Prensa los hechos sucedidos en la Catedral el día 5, cuando Benjamin David West, de 33 años, ingresó alrededor de las 2:00 p.m. (hora local) vestido con una capa roja y una manta, gritando y tocando la trompeta que portaba.
Uno de los fieles, Loren Bolgrean, pidió a West que saliera de la iglesia, momento en el cual, el hombre lo golpeó en la cara con el instrumento musical, según detalla Inforum.
West también agredió a Mark Jepperson e intercambió golpes con él mientras trataba de evitar que dañara el altar.
En ese momento, el P. Goering pidió a West que se fuera, y este le arrojó un libro en la cabeza y golpeó al sacerdote con la trompeta, según detallan documentos oficiales.
La policía arrestó a West cerca de la entrada posterior de la Iglesia. El detenido pateó a uno de los oficiales e intentó morder la mano de otro de los agentes en el lugar.
En una declaración, el P. Goering indicó que West ha asistido varios años a la catedral y que ha estado involucrado en otros disturbios como el ocurrido en la iglesia St. Anthony of Padua de Fargo, pero estos nunca involucraron violencia física.
El sacerdote agregó que cree que West es “mentalmente inestable” y por eso es común verlo con ropas extrañas y con un comportamiento “destructivo” antes de las misas.
Por esta razón, en el mes de junio, el P. Goering firmó una orden que prohíbe a West ingresar al templo, una orden que incumplió y que le costó ser arrestado tres veces: el 28 y el 30 de junio, y el 3 de julio.
Asimismo, el sacerdote indicó que tanto el cómo Jepperson están bien, pero no ha podido comunicarse con Bolgrean desde el día del incidente.
El P. Goering indicó que confía en los sacerdotes, porteros y otros fieles para mantener segura la iglesia y agregó que la policía también se encuentra atenta para responder con rapidez ante cualquier atentado.
“Todos tenemos que mantener los ojos abiertos”, dijo.
Finalmente, el sacerdote indicó que tanto él como otros fieles desean que West reciba atención médica, pues la Iglesia está abierta para todos como “una casa de Dios”, pero la seguridad de los asistentes es lo más importante.
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