Iñigo de Loyola (no tomaría el nombre de ‘Ignacio’ hasta después de sus estudios en París) provenía de una familia noble y antigua del País Vasco.
2. Fue libertinoLa situación sociopolítica en el País Vasco feudal del siglo XVI, en la parte más occidental de los Pirineos, era sumamente violenta. Como algunos nobles de la época, Ignacio era conflictivo, violento y vivía una sexualidad irresponsable.
El soldado español convertido en místico puede ser el único santo con antecedentes policiales de peleas nocturnas (obviamente del tiempo anterior a su conversión).
3. San Ignacio de Loyola casi muere en batallaEn 1519, a los 28 años, Ignacio exigió que su pequeño grupo de soldados luchara contra una fuerza invencible de 12.000 tropas francesas en Pamplona, España. Su valor le valió una bala de cañón en las piernas, que destrozó una y dañó gravemente la otra.
Estas heridas hicieron que tuviera que pasar un largo período de convalecencia en la casa familiar Loyola. Este período cambió su vida, y el mundo, para siempre.
4. Se convirtió al catolicismo leyendo libros espiritualesMientras convalecía leyó textos sobre la vida de Cristo y los santos y decidió imitarlos. Una noche se le apareció la Virgen María con su Hijo y desde entonces se propuso servir al Rey del Cielo.
Un dato curioso es que copió pasajes de la vida de Cristo y los de los santos: las palabras de Jesús fueron inscritas en rojo y las de su Santísima Madre en azul.
5. La congregación de San Ignacio iba a llamarse la “Compañía de María”Después de su conversión, la Virgen se le apareció hasta en treinta ocasiones. Fueron tantas que Ignacio quiso llamar a su nueva orden originalmente “la Compañía de María”.
Apenas terminó su convalecencia se fue en peregrinación al famoso Santuario de la Virgen de Monserrat. Allí tomó el serio propósito de dedicarse a hacer penitencia por sus pecados. Cambió sus lujosos vestidos por los de un pordiosero, se consagró a la Virgen Santísima e hizo confesión general de toda su vida.
6. Se convirtió en un mendigoIgnacio pensó largamente sobre los “espíritus” en su vida: los espíritus que conducen a Dios y los espíritus nacidos del diablo. Esto lo estimuló a vivir de una manera que los historiadores han llamado su período de peregrinación.
Durante este tiempo, estaba resuelto a renunciar a los placeres mundanos. Se puso un sayal y zapatos con suela de cuerda.
7. San Ignacio quiso convertir musulmanesAl poco tiempo de completar los ejercicios espirituales, Ignacio declaró: “¡Dios quiere que convierta a los musulmanes!”. Fue hasta Tierra Santa en 1523, donde predicaba en las calles enérgicamente y evangelizaba a todos los que podía.
A pesar del entusiasmo solo se quedó un año. Regresó a España y estudió latín, lógica, física y teología.
También evangelizaba a niños y organizaba reuniones.
8. Sus compañeros fueron llamados “Diablos”Los primeros compañeros que tuvo en la Compañía de Jesús, fundada en 1540, fueron descritos por un historiador inglés en el siglo XIX como los Siete Diablos Españoles.
Los compañeros (en realidad eran seis y no todos eran españoles) se habían encontrado con Ignacio durante sus estudios en París y se reunieron en Roma para convertirse en el núcleo de la futura de la Compañía.
En menos de un siglo, Ignacio y Francisco Xavier serían canonizados.
9. Cuando murió San Ignacio de Loyola ya había miles de jesuitasIgnacio vivió sus últimos años en una pequeña habitación en Roma. Desde allí gobernó la Compañía de Jesús y fue testigo de su crecimiento: de solo 6 jesuitas en 1541 pasaron a 10.000 en 1556, el año de su fallecimiento.
Los jesuitas se expandieron por toda Europa, India y Brasil durante esos años.
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