Mons. Sample lamentó que “pese a las enseñanzas claras de la Iglesia, ciertas personas han hecho un uso incorrecto de algunos elementos de la Amoris Laetitia para apoyar posturas incompatibles con la enseñanza de la Iglesia. Esto ha creado cierta confusión y consternación entre los fieles”.
“En la medida en la que estas posturas son ilícitas, Amoris Laetitia no puede ser utilizada de manera legítima para apoyarlas”, señaló, y advirtió que el texto del Papa Francisco “no puede y no debe malinterpretarse” para apoyar tres errores: que la conciencia legitima las acciones que contravienen mandatos divinos, que bajo ciertas condiciones las divinas prohibiciones admiten excepciones y que la debilidad humana exime del mandato divino.
El Prelado estadounidense subrayó que Amoris Laetitia “no contiene ningún cambio en la doctrina de la Iglesia referente al matrimonio y la familia”, y señaló que “por invitación del Papa Francisco, debemos leer el documento ‘paciente y cuidadosamente’ y de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia”.
Su carta pastoral, explicó Mons. Sample, busca articular “los principios con los que hay que acercarse a Amoris Laetitia y dirige y aclara varios puntos del texto que han sido objeto de una atención e interpretación erróneas por parte de los medios de comunicación y de otras procedencias”.
Sin embargo, precisó, “esta carta pastoral no pretende ser ni la definitiva ni la única palabra sobre Amoris Laetitia en la Arquidiócesis de Portland. Las futuras orientaciones pastorales nos ayudarán a aplicar la Exhortación como apoyo pastoral del matrimonio y la vida familiar”.
Sobre el “primer mal uso” –pensar que “la conciencia legitima las acciones que contravienen mandatos divinos” –, Mons. Sample recordó que “la conciencia nos exige hacer el bien y abstenernos del mal, y escuchar y seguir la conciencia es un signo de dignidad humana y de extraordinaria responsabilidad”.
“Dada la dificultad y complejidad de las diversas situaciones, así como el nivel de formación, conocimiento y virtud de la persona, la Exhortación señala que una persona ‘también puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo’”.
El Prelado precisó que “esto no quiere decir que la conciencia prevalezca sobre a una ley moral objetiva. La ignorancia, la dependencia de las pasiones, una comprensión incorrecta de la autonomía moral, o la ausencia de virtud puede reducir la culpabilidad subjetiva de una persona cuando sigue sinceramente a una conciencia errónea, y en algunos casos ‘el mal cometido por la persona no puede serle imputado’. Pero, de ninguna manera esto disminuye o anula la objetividad del mal, la privación, o el desorden cometidos”.
“La conciencia no es una ley en sí misma, ni puede esta prescindir de la razón o suplantar los mandatos de Dios, tal y como enseña la Iglesia”, indicó.
Al abordar el “segundo mal uso” de la Amoris Laetitia –que “bajo ciertas condiciones las divinas prohibiciones admiten excepciones”– Mons. Sample señaló que “es cierto que el mantenimiento de la ley objetiva no basta para demostrar la fidelidad total a Dios, como tampoco lo son las leyes morales de fórmulas vacías que se mantienen incluso cuando las propias intenciones y carácter son indiferentes u hostiles a sus propósitos”.
“Pero no es menos cierto que ciertas acciones están absolutamente prohibidas, puesto que en ningún caso es posible elegirlas desde la buena voluntad”.
El Arzobispo de Portland remarcó que “la elección consciente de acciones que violan las prohibiciones morales que no admiten excepciones sigue siendo intolerable, incluso aunque se haya hecho un compromiso general o global para el bien – la llamada ‘opción fundamental’”.
“Esto es, que no basta con tener la intención general de hacer el bien y ser bueno, incluso cuando se elige realizar acciones moralmente ilícitas en sí mismas. Algunas acciones jamás debieron elegirse”, dijo.
“Lo que está prohibido es prohibido para todos, en toda circunstancia”, señaló.
El “tercer mal uso”, señaló, es el de defender que “la debilidad humana exime del mandato divino”.
Mons. Sample lamentó que “mientras la auténtica pastoral acompaña siempre a las personas en su sufrimiento y en su fragilidad, algunos han hecho un uso incorrecto de la justa insistencia de la Exhortación sobre la lógica de la misericordia, al afirmar que los actos objetivamente erróneos pueden ser aceptados, hasta incluso santificados, si se juzga que él o ella no pueden actuar de otra manera”.
“Esto no solo es un mal uso de las circunstancias atenuantes de la responsabilidad subjetiva con determinaciones de rectitud objetiva, sino que vacía a la cruz de su poder”, señaló.
El Arzobispo estadounidense advirtió que “afirmar que los individuos no puede cambiar su comportamiento es equivalente a negar la eficacia y el poder de la gracia, a negar que Dios puede hacer lo que promete”.
El Prelado indicó luego que “malinterpretar Amoris Laetitia para apoyar las afirmaciones erróneas identificadas anteriormente, no solo vulnera la razón, la ley moral natural, la Escritura, la enseñanza de nuestro Señor y la enseñanza continua y la Tradición de la Iglesia, sino que también renuncia al Evangelio”.
“Puesto que la verdad sobre el matrimonio hunde sus raíces en la naturaleza humana tal y como está creada por Dios, y puesto que ha sido elevado por Cristo transformándolo en un sacramento significando su amor a la Iglesia, la vida conyugal y familiar se entiende más correctamente a través del Evangelio, a través de la santa vida, la muerte y resurrección de nuestro Señor, y su invitación a participar en esa misma vida”, señaló.
Para leer el texto completo de la carta pastoral “Una escultura viva y auténtica”, de Mons. Alexander K. Sample, puede ingresar a este enlace.
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9 claves para leer la exhortación Amoris laetitia del Papa sobre el amor en la familia https://t.co/90dDNhhrZk
— ACI Prensa (@aciprensa) 8 de abril de 2016
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