Beato Luis Magaña Servín, Laico, Mártir
Nació en Arandas, Jalisco, el 24 de agosto de 1902. Casado, tenía un hijo, además de una hija por nacer al momento de ser fusilado. Perteneció a la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, ACJM, y a la Adoración Nocturna del Santísimo. El 9 de febrero de 1928, el Ejército Federal, capitaneado por el General Miguel Zenón Martínez, tomó esa población alteña (Región de mayor efervescencia del Movimiento Cristero). Luis escapó del Ejército, pero capturaron a su hermano menor. Entonces, se presentó ante el General Martínez solicitando la libertad de su hermano a cambio de la suya.
Antes de morir dijo al pelotón: “Yo nunca he sido rebelde cristero, como ustedes me titulan, pero si de cristiano se me acusa, sí lo soy, y si por eso debo ser ejecutado, bienvenido y en hora buena”. El militar decretó su muerte. Y Luis se dirigió así a sus verdugos: “Pelotón que me ha de ejecutar, quiero decirles que, desde este momento, quedan perdonados, y les prometo que al llegar ante la presencia de Dios, será por los primeros que pediré. ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!”
Fue beatificado en Guadalajara el 20 de noviembre de 2005.
San José Sánchez del Río, Laico, Mártir
Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán. Al decretarse la suspensión del culto público, tenía 13 años y 5 meses. Fue aceptado por los Cristeros, no como soldado activo, sino como un asistente, por su corta edad. Por las noches dirigía el Santo Rosario y animaba a la tropa a defender su fe.
El 5 de febrero de 1928 fue hecho prisionero en un combate cerca de Cotija, Mich. No aceptó la propuesta del General callista de combatir a favor del Gobierno, y se mantuvo firme en su fe. El día 10, a las11 de la noche, le desollaron los pies con un cuchillo y lo hicieron caminar a golpes hasta el cementerio. Dios le dio fortaleza para caminar, gritando vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe.
En el panteón, se puso de pie al borde de la propia fosa, los esbirros se abalanzaron sobre él y comenzaron a apuñalarlo. A cada puñalada, gritaba de nuevo: “¡Viva Cristo Rey, Viva la Virgen de Guadalupe!” El Capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba, bañado en sangre, mientras su alma volaba al Cielo.
Con gran regocijo del pueblo católico mexicano, y ante centenares de devotos que hicieron el viaje a Roma (entre ellos, Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Seglares), el Papa Francisco lo canonizó como Santo de la Iglesia Universal el 16 de octubre de 2016.

Publicar un comentario