El intestino, por muchos científicos llamado el segundo cerebro, representa únicamente el 2.3% de la masa total del cuerpo, pero usa aproximadamente el 25% de la energía que consumimos, energía proveniente de los alimentos.
Sorprendentes resultados
El sistema digestivo cuenta con su propio sistema nervioso, llamado sistema nervioso entérico, con más de 500 millones de neuronas. Actualmente, se estudia cómo es que se comunican las células nerviosas del sistema nervioso entérico con las neuronas del cerebro.
Según Michael Gershon, autor del libro El segundo cerebro, el sistema nervioso entérico está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal y contienen millones de neuronas.
El primer estudio sobre los efectos del cuidado del intestino y su relación con el cerebro humano se publicó en 2013. Los resultados fueron sorprendentes para los investigadores. Tras la ingesta durante cuatro semanas de una mezcla de determinadas bacterias, algunas áreas del cerebro presentaron grandes cambios, en especial las áreas encargadas del procesamiento de los sentimientos y del dolor.
Un claro ejemplo de la conexión que existe entre sistema digestivo y cerebro es el caso del síndrome de intestino irritable, padecimiento en el que los pacientes tienen tendencia a sufrir diarrea o estreñimiento, y con frecuencia padecen ansiedad o depresiones. Los posibles motivos de estos efectos pueden ser debido a las pequeñas inflamaciones que se generan en la flora intestinal o posibles intolerancias alimentarias que se presentan en el padecimiento.
Serotonina, sistema
digestivo y estado de ánimo
En el sistema digestivo se produce le mayor parte de la serotonina, hormona relacionada con la felicidad, el bienestar, y el comportamiento. Bajos niveles de serotonina están relacionados a estados de depresión y adicción.
La alimentación juega un papel importante en el estado de ánimo, ya que, por ejemplo, en el caso de la serotonina, ésta se sintetiza a partir del aminoácido triptófano, que se encuentra en alimentos como el queso, el pollo, huevos, la leche, semillas de calabaza, tofu, pavo, entre otros.
¿Cómo tener sistema digestivo saludable o microbiota intestinal sana?
En general, teniendo buenos hábitos alimenticios, evitando estar en constante estrés, realizando actividad física, teniendo una buena hidratación y consumiendo probióticos.
Los probióticos son bacterias benéficas que se encuentran en algunos alimentos como los fermentados, las coles en vinagre o sauerkraut, los pepinillos agridulces, la levadura de pan, té kombucha, kéfir, sopa miso, entre otros.
También existen suplementos en cápsulas y polvos a base de probióticos de buena calidad, que son benéficas para el organismo. Se recomienda tomarlos regularmente durante aproximadamente cuatro semanas, para observar cambios en la microbiota o flora intestinal y, en consecuencia, percibir efectos positivos.
Lic. en Nutrición e Integrative Nutrition® Holistic Health Coach
Referencias:
– Enders, G. (2015). Gut The inside story of our Body’s most under rated organ. Alemania: Speaking Tiger. Shoemaker, N. (15 de Febrero de 2017). Big Think.
-Watzke, H. (2010). El cerebro intestinal.
http://www.gutmicrobiotaforhealth.com/es/eje-intestino-cerebro/
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