AGENDA INTERNACIONAL | Por Georg EICKHOFF |
El padre Fidelis Mukonori tiene 70 años y se refiere a sí mismo como “Fide”. Nunca escondió su admiración por el dictador Robert “Bob” Mugabe de Zimbabue y, sin rodeos, se presenta como el consejero espiritual de él y de su familia, durante cuatro décadas. Da testimonio de la ferviente devoción católica del dictador educado en un colegio de jesuitas. Fide también es jesuita.
Los dos matrimonios del dictador fueron sellados por la Iglesia Católica a la cual pertenece alrededor del 9% de la población de Zimbabue que es mayoritariamente protestante como herencia del poder colonial inglés de cuyo dominio fue liberado bajo el liderazgo de Mugabe y otros, en 1980.
Desde entonces gobierna con mano dura el marxista, racista y homófobo Mugabe (93 años) quien fue confinado en su casa por sus compañeros de armas, el pasado 14 de noviembre, como respuesta al intento del viejo dictador de imponer a su esposa Grace Mugabe (52 años) como sucesora. Su ex vicepresidente y ex jefe del temido servicio secreto Emmerson Mnangagwa llamado “el cocodrilo” presiona para substituirlo en el poder.
Fide apareció, dos días después de la revuelta de palacio, en las fotos publicadas por la prensa estatal controlada que muestran al dictador conversando con el jefe de las fuerzas armadas que se había enfrentado con él.
También en las reuniones entre el dictador y sus militares del domingo 19 de noviembre participó el padre Fide. En una alocución televisiva del mismo día, Mugabe agradeció la mediación del sacerdote que estaba sentado a su izquierda.
Gracias a un cable de la embajada de Estados Unidos filtrado por Wikileaks, sabemos – y sabe Mugabe – que, ya hace diez años, Fide pensaba que era tiempo que el viejo dictador deje el poder. Como participante en los famosos diálogos de Lancaster House en Londres (1979) que prepararon la fundación de Zimbabue, Fide se toma estas libertades.
En un comunicado conjunto firmado, entre otros, por la Conferencia Episcopal Católica, las iglesias de Zimbabue declararon el mismo día de la aparente deposición del dictador que se trata de un momento clave en la historia nacional, “entre crisis y kairós”. Los líderes cristianos ven, según el comunicado, “las acomodaciones actuales como oportunidad para el nacimiento de una nueva nación. Nuestro Dios ha creado todo desde el caos y creemos que algo nuevo puede surgir de nuestra situación”. Hay que esperar que los buenos oficios del padre Fide ayuden a encontrar este camino de renovación nacional para Zimbabue, más allá de un simple cambio de guardia.
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