Los nuevos sacerdotes se formaron en el Seminario Metropolitano Giovanni Paolo II (Juan Pablo II) y todos coinciden en el hecho que su vocación se inició con la inauguración de una capilla de adoración permanente del Santísimo Sacramento en 2010 en el pueblo de Bracigliano, que tiene cerca de 6 mil habitantes.
De este grupo de presbíteros, 3 son hermanos: Roberto De Angelis, de 34 años; y los gemelos Carmine De Angelis y Ferdinando De Angelis, de 30 años.
“Siempre he guardado en mi corazón y en mi mente la semilla que el Señor ha puesto en mí. Mis padres lo cultivaron con su estilo educativo basado en una fe auténtica y en principios sólidos. Cuando Ferdinando dijo que también quería ser sacerdote no me sorprendió”, contó el P. Carmine al diario Avvenire de los obispos italianos.
“Pero ambos sí lo hicimos cuando nos dimos cuenta de que nuestro hermano mayor, Roberto, quería ser sacerdote. Él fue el primero en partir y al año siguiente le seguimos Ferdinando y yo”, explicó.
“Somos de un pequeño pueblo de unos 6 mil habitantes donde se abrió en 2010 la adoración eucarística permanente con la intención especial de pedir que los jóvenes respondan a la llamada del Señor. La oración traza una línea y nunca permanece sin ser escuchada por lo que con la insistencia de los fieles se ha producido esta hazaña. Solo hemos ofrecido disponibilidad y Dios ha hecho el resto”, explicaron los hermanos.
“No es casualidad que esto haya ocurrido, nuestra vocación nace de la Adoración Eucarística en nuestra comunidad”, comentaron.
Asimismo resaltan que “el párroco, Emmanuel Vivo, nos dio una bella imagen del sacerdocio. Como dice el Papa emérito Benedicto, el cristianismo trabaja por atracción”.
El P. Carmine también destacó el papel de su madre en su vocación. En diálogo con el diario La Stampa dijo que todavía en algún lugar del breviario de su madre, una maestra jubilada, había una oración que recitaba todos los días sin que supieran sus 5 hijos: “Señor, toma a uno de mis hijos como sacerdote”.
“Somos una familia devota, pero solo descubrimos que nuestra madre rezaba por esto una vez que ingresamos en el seminario, así que el Señor eligió a tres de nosotros para cumplirlo”, agrega el sacerdote.
Por su parte, el P. Roberto cuenta que su vocación también tiene que ver con lo bello: “Me atraían las iglesias, tenía que entrar y rezar, y viendo la magnificencia de las obras de arte me hablaban de la belleza que conduce a Dios”, compartió.
“Mamá podía suponerlo con Roberto y Ferdinando, pero conmigo, el más rebelde, no se lo esperaba. ‘¿También tú? ¿Quién lo hubiera adivinado?’, dijo ella. Miró a mi hermano Luca, que dijo: ‘Todos serán sacerdotes’. Pero ella es feliz, al igual que mi padre Giovanni”.
Para la Arquidiócesis de Salerno, la ordenación de estos 14 nuevos presbíteros ha sido “un evento de gracia que se convierte en el signo de una ‘renovada Pentecostés sacerdotal’ en medio del siempre número menor de vocaciones sacerdotales hoy en Italia”.
Además de los hermanos De Angelis, fueron ordenados Alfonso Basile, Emmanuel Castaldi, Agostino D’Elia, Umberto D’Incecco, Bartolomeo De Filippis, Antonio Del Mese, Emanuele Ferraro, Giovanni Galluzzo, Emmanuel Intartaglia, Raffaele Mazzocca y Giuseppe Roca.
La ordenación, explica ACI Stampa –agencia en italiano del Grupo ACI– ha sido el último acto oficial de Mons. Moretti, ya que el próximo 6 de julio Mons. Andrea Bellandi será ordenado Arzobispo de Salerno.
Los nuevos sacerdotes de la Arquidiócesis de Salerno. Foto Avvenire.
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