Mons. Daniel Flores, Obispo de Bronwsville y Mons. Eugenio Lira, Obispo de Matamoros, emitieron un comunicado el 28 de julio en el que expresan el dolor de sus respectivas comunidades “al oír de los papás y niños que recientemente han perdido sus vidas al cruzar el Río Bravo buscando una vida mejor”.
Hace unos días, dio la vuelta al mundo la imagen de los cuerpos de Óscar y su pequeña hija Valeria de solo 21 meses, ambos de El Salvador, que murieron ahogados al tratar de cruzar el Río Bravo –conocido también como Río Grande– entre México y Estados Unidos.
Óscar y Valeria partieron de El Salvador junto a la madre de la niña, Tania, en abril de este año. El domingo 23 de junio, en un desesperado intento por llegar a tierras estadounidenses, padre e hija fueron arrastrados por las aguas del río a la altura de las ciudades de Matamoros, en México, y Brownsville, en Estados Unidos.
Sus cuerpos fueron encontrados a la orilla del río pocos kilómetros más allá. Las autoridades salvadoreñas han ofrecido su colaboración para repatriar los cadáveres a su país de origen.
En su declaración, los obispos también recordaron “a la mamá y las tres criaturas cuyos cuerpos fueron encontrados recientemente en las cercanías de parque Anzalduas”.
“Ofrecemos nuestras condolencias a las familias y seres queridos de los fallecidos y recordamos que a través de los años innumerables personas han perdido la vida de semejante manera, muchos de cuyos nombres solo Dios sabe”, indicaron.
“Unidos a las familias que sufren estas penas, con quienes hemos podido hablar y orar personalmente, pedimos a nuestro Padre Dios por el eterno descanso de sus parientes fallecidos y le rogamos que a ellos los llene de fortaleza y de esperanza en estos momentos tan difíciles”.
Los prelados agradecieron a quienes ayudan a los migrantes y pidieron a los gobiernos y la sociedad en general que recuerden siempre que “los migrantes son personas como nosotros; con dignidad y derechos, con necesidades, penas y sueños, y a tenderles la mano para ayudarlos a tener un futuro mejor, siguiendo el consejo que Jesús nos ha dado: ‘Traten a los otros como quisieran ser tratados ustedes’”.
“Que la Virgen de Guadalupe interceda por nosotros y nos obtenga de Dios la sabiduría, la valentía y la fuerza para hacerlo así”, concluyeron los prelados.
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