La Iglesia en la Ciudad de México realizará, durante octubre, una Megamisión que culminará con 72 horas de misión -del 25 al 27 de octubre-, tres días de actividades en los que miles de voluntarios llevarán a cabo acciones en cinco temas o ambientes: ecología, hospitales, cárceles, inclusión de personas con discapacidad y pobreza.
Para lograrlo, los organizadores tienen la misión de formar una red de voluntarios, así como de parroquias y asociaciones que les abrirán las puertas y canalizarán a los interesados en participar a los lugares donde se necesita la ayuda.
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“El objetivo es ir a los ambientes donde se requiere más la presencia de Dios, e impulsar que los jóvenes tengan un protagonismo especial y sean los principales interlocutores misioneros, lo que es una prioridad para el Papa y para nuestra Iglesia”, explicó el padre Álvaro Lozano Platonoff, Vicario Episcopal de Pastoral en la Arquidiócesis Primada de México.
Aunque la misión tendrá un ‘rostro joven’, no existe un límite de edad para participar. Están convocadas todas las personas, asociaciones y comunidades parroquiales que quieran ayudar, las cuales tendrán la oportunidad de elegir el ambiente de su interés. Y aunque es un evento con un origen religioso, están invitadas todas las personas que tengan deseos de hacer voluntariado.
La organización de la Megamisión está a cargo del padre Manuel Sánchez, director de la Pastoral Juvenil Vocacional arquidiocesana; con él trabajan misioneros y jóvenes que participan activamente en grupos parroquiales, acompañados, además, de sacerdotes, religiosas e integrantes de comisiones arquidiocesanas.
Una respuesta al Papa
La Megamisión es la respuesta de la Iglesia en la Ciudad de México a la convocatoria del Papa Francisco de un Mes Misionero Extraordinario (MME), que se llevará a cabo a nivel mundial en octubre.
“El Papa quiere despertar la conciencia de la misión”, explicó el padre Luis Alberto Castillo, secretario nacional de la propagación de la fe en OMPE, organismo encargado de coordinar las actividades del MME en el país, y que apoya la Megamisión.
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Para él, la importancia de este proyecto radica en que “hay espacios públicos en la Ciudad de México o colonias conflictivas en las que ya no se conoce a Cristo o se actúa como si ya no se le conociera, o donde las personas han escuchado algo de Él que no corresponde a la realidad; a ellos hay que llegar”, señaló.
72 horas de misión
Quienes decidan entrar a la Megamisión realizarán actividades de voluntariado hasta por tres días consecutivos, que concluirán con un rally y un concierto en el Centro Histórico.
La misión comienza el viernes 25 de octubre. Ese día cada participante realizará acciones en su colonia o lugar de preferencia, de acuerdo con el ambiente que haya elegido. Puede hacerlo solo o acompañado de familiares y amigos.
“Les vamos a dar una serie de dinámicas o ideas de acciones por ambiente para que cada voluntario elija cuáles quiere hacer ese día”, explicó el padre Lozano.
El sábado 26 de octubre, los voluntarios irán a los lugares asignados por las asociaciones civiles que participan, entre ellos hospitales y cárceles. Harán voluntariado en grupos de 10 a 20 personas a lo largo del día.
“Por ejemplo, para los interesados en ecología, con las asociaciones aliadas podrán ir a limpiar las áreas verdes de la ciudad, hacer una reforestación o dar una concientización de la separación de basura”, detalló.
Por último, el domingo 27 de octubre, las actividades comenzarán con una Misa en Catedral, a las 12:00 horas, seguida de un Megarally, en el que todos los voluntarios realizarán cinco acciones, una por cada ambiente. Se hará en un formato de competencia entre vicarías para impulsar el entusiasmo de los participantes. Todas las acciones se harán en el Centro Histórico.
“Las acciones sociales que haremos son sencillas, pero son detalles de amor que fortalecen la vida de alguien que está pasando por momentos difíciles”, agregó el padre Lozano Platonoff.
Para el padre Luis Castillo, la Megamisión es ideal para toda persona interesada en hacer buenas acciones, “todos podemos ser misioneros y todos podemos ayudar según nuestra propia condición”.
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