De acuerdo a la Fiscalía General del Estado de Veracruz, son al menos 10 mujeres y 16 varones los que murieron la noche del 27 de agosto en lo que, considera en un comunicado, “podría constituir un artero ataque”.
La prensa local apunta a que un grupo de hombres armados ingresó al bar “Caballo Blanco”, abrió fuego y lanzó bombas molotov.
En un comunicado publicado este 29 de agosto, Mons. Muñoz Zamora aseguró que “la violencia que atenta contra la vida humana es siempre condenable y se debe buscar superarla siempre preservando el estado de derecho y por los cauces institucionales”.
La violencia, subrayó, “va en contra de la dignidad humana dañando todo el tejido social, al promover un clima de desconfianza e inseguridad”.
El Prelado mexicano manifestó su “profunda preocupación por la situación que prevalece y se agrava en el sur del estado de Veracruz. El clima de violencia e inseguridad va en incremento lastimando personas, familias y sociedad en general”.
En julio de este año, en el último informe disponible del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México, Veracruz se ubicó en el noveno lugar en número de homicidios dolosos en el país, con 133 crímenes.
Entre enero y julio de este año, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México reporta 1.550 homicidios en el estado de Veracruz.
De acuerdo al diario mexicano El Universal, el primer semestre de 2019 ha sido el más violento a nivel nacional del que se tenga registro, con 17.065 homicidios.
Mons. Muñoz Zamora indicó que “como Iglesia diocesana nos solidarizamos con los familiares que sufren el dolor y la pena ante este terrible hecho que llena de luto nuevamente a muchos hogares veracruzanos”.
“Pedimos a Dios por el eterno descanso de las personas fallecidas, por las personas gravemente lesionadas y también por sus familias para que sean fortalecidas física, moral y espiritualmente en estos momentos de tristeza y dolor”.
El Prelado se dirigió además a los criminales, y les recordó que “la violencia genera solo más violencia, daños irreparables que aumentan la espiral del mal y el deterioro de nuestras comunidades”.
“Siempre es posible el arrepentimiento, la búsqueda del perdón, la misericordia de Dios a través del cambio de vida y la reparación del daño causado”, les dijo, y les señaló que “siempre es mejor promover la luz, portadora de justicia y alegría; y no las tinieblas llenas del mal que solo causan dolor, muerte y tristeza”.
Además, expresó su confianza en que las autoridades puedan investigar la masacre “de manera adecuada, cumpliendo con su tarea de resguardar la integridad y la vida de todos los ciudadanos”.
“A todos los fieles creyentes y personas de buena voluntad los invitamos a continuar pidiendo a Dios, a través de la campaña de oración y del compromiso de nuestra vida, por la superación de la injusticia y la violencia”, expresó.
“Que podamos seguir promoviendo las estrategias y los medios para recuperar la cultura de la vida y la justicia social”, finalizó el Obispo.
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